SANTANDER, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a 12 días de localización permanente a S.B.H. y D.G.D. que fueron sorprendidos robando 75 piezas arqueológicas de un yacimiento en la cueva de Cobrantes, situada en el Monte Mullir, en la localidad de San Miguel de Aras (Voto).
Sin embargo, esta sentencia anula una anterior, del Juzgado de lo Penal número 2 de Santander, en la que se les condenaba a un año y medio de prisión y una multa de 3.840 euros al no quedar acreditado que lo hicieran en más de una ocasión y no superar los desperfectos en el yacimiento el valor de 400 euros.
Según el Código Penal, si los perjuicios a bienes históricos como yacimientos no superan esta cantidad, se consideran falta en lugar de delito.
Los hechos sucedieron en abril de 2006, cuando la Guardia Civil sorprendió a los dos acusados excavando en sondeos arqueológicos existentes, a los que causaron daños, cuando tenían dispuestas "para su expolio" 75 piezas "perfectamente clasificadas"
La Audiencia Provincial considera que la sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Santander es "marcadamente contradictoria" ya que cuantifica los desperfectos ocasionados en 12.620 euros, aunque reconociendo que no estaban "tasados de forma expresa" y que, en realidad, se refería al coste de las labores de investigación desarrolladas hasta la fecha.
La nueva sentencia señala que "no puede presumirse" que los acusados hayan causado "todos los daños y expolios" en este yacimiento, que se produjeron desde el mes de enero, pero que en el caso de los imputados, sólo pudo probarse el día que fueron sorprendidos por la Guardia Civil.
Por tanto, estimando el recurso presentado contra la primera sentencia, se les condena por una falta de daños en yacimiento arqueológico a doce días de localización permanente y a indemnizar al Gobierno por los daños ocasionados, una vez tasados.
El yacimiento de la cueva de Cobrantes se encuentra en el Inventario Arqueológico Regional, por lo que constituye un bien de interés cultural pese a no estar declarado así, tal y como reconoce la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria.
Los primeros expolios se detectaron en el año 2005, por lo que se cambió el cierre de la cueva con un sistema de rejas y candado, que fue forzado.
El valor de todos los objetos aparecidos en la cueva (11.000 líticos, 100 restos de industria ósea, 18.300 restos óseos no identificados y 700 identificados) se cifra en 90.300 euros