El acusado de agresión sexual admite que empujó y amenazó a su pareja pero niega las violaciones

La joven, menor de edad cuando inició la relación, relata como se "sometió" a su compañero sentimental

SANTANDER, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

El acusado de delitos de violencia de género y agresión sexual ha admitido este miércoles que en una ocasión empujó a su compañera sentimental, que entonces era menor de edad, así como haberla amenazado durante las discusiones que mantenían, pero ha negado los tres delitos de violación de los que se le acusa.

Así lo ha declarado ante la Audiencia de Cantabria, que le juzga por penas por las que, en su conjunto, se le piden condenas que alcanzan los 36 años de prisión e indemnizaciones que oscilan entre los 30.000 y los 50.000 euros.

A.E.O.S., de nacionalidad peruana, niega las tres violaciones que se le imputan, que habrían sucedido después de que finalizara la relación, en los momentos en que ambos se veían por asuntos relacionados con el hijo común.

Y también ha rechazado ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria haberla agredido en varias ocasiones, tanto durante la convivencia como a su término.

Sólo admite amenazas, en el contexto de las discusiones, y un empujón, por lo que su defensa pide que se le condena a 15 meses de prisión (nueve meses por el maltrato y seis por las amenazas).

El empujón se produjo el 4 de mayo de 2008, cuando su compañera sentimental, de nacionalidad colombiana, decidió marcharse y al pasar junto a él, la empujó "hacia un lado", de forma que cayó entre la cama y el suelo. Pero el acusado ha precisado que ni la propinó un codazo ni un puñetazo en la cara.

Su entonces pareja, en ese momento embarazada de él, decidió ese día irse de la casa en la que vivían, después de que, al volver de visitar a su padre --al que el acusado no le dejaba ver--, le preguntó si había estado con un amante y la amenazó.

De esa misma noche consta un parte de urgencias que refleja una agresión. También hay otros dos informes de urgencias, pero por dolores relacionados con el embarazo, en los que no se recogen efectos ni de las lesiones ni de las violaciones.

SE "SOMETIÓ" A SU PAREJA

La denunciante puso fin así a un período de convivencia de nueve meses durante los cuales que se "sometió" a su pareja, por el que "dejó de estudiar", abandonó "la casa de mi padre" y cortó la relación con sus amigos. Viviendo con él cumplió los 17 años, y según pasaba el tiempo, empezó a notar que era "muy celoso", hasta el punto de que cuando "salían de fiesta", ella "no podía mirar a nadie más". "Si se enfadaba, me daba una 'cachetada'. Yo era muy ingenua y no me daba cuenta", ha relatado.

"Poco a poco fui abriendo los ojos y un día me dije: 'No más de aquí'", ha narrado. Eso sucedió el 4 de mayo, cuando tras regresar de una visita a su padre y ante una nueva discusión, decidió llamar a su padre para que la fuera a buscar y volver con él a casa.

Ya en casa de su padre y la mujer de este, la joven no les contó nada de lo sucedido con su compañero, fundamentalmente por "miedo" a que su padre reaccionara intentando agredir a su ex pareja.

No obstante, su madrastra sí que notó un cambio en su forma de ser. De una chica "muy alegre y abierta" pasó a estar "deprimida y decaída", pasando todo el día encerrada en su habitación con el bebé, y poniéndose "muy nerviosa" cuando su ex compañero la llamaba por teléfono, en unos síntomas que los psicólogos ven compatibles con una experiencia de malos tratos, aunque también, pero "con matices", con otras situaciones.

LAS AGRESIONES CONTINUARON

Pese a estar separados, el contacto entre la pareja continuó por el hijo de ambos, y, según ha relatado la joven, los malos tratos continuaron y se llegaron a producir hasta tres violaciones.

El acusado ha admitido que estuvo con su ex pareja los días en que esta asegura haber sufrido las agresiones sexuales, pero ha negado que pudieran producirse debido a que cuando quedaba con su pareja para cuestiones relacionadas con el hijo de ambos, la acompañaba hasta el portal sin entrar en el piso. Y ha añadido que su actual mujer no le dejaba estar a solas con su anterior compañera.

Frente a esto, la madrastra de la joven sostiene que sí hubo ocasiones en que el acusado y la chica se quedaron solos en el domicilio, mientras el resto de la familia estaba trabajando.

Otra de las agresiones se habría producido cuando se encontraron por la calle en Santander, algo que el acusado ha negado porque para entonces ya residía en otro municipio, y si iba a la capital a realizar algún trámite o compra, lo hacía acompañado de su esposa.

LA JOVEN NO QUERÍA DENUNCIAR

La madrastra también la vio "arañazos", los "brazos marcados" y los "ojos morados, que disimulaba con maquillaje", pero ante sus preguntas la respuesta de la joven siempre era la misma: "repetía y repetía que no había pasado, nada, que estaba bien, que la dejáramos; y se encerraba en su habitación".

Con mucha "insistencia", consiguió que le acabara contando que su ex compañero la "maltrataba y pegaba", y también logró convencerla de que "no estaba sola", que tanto sus padres como la Justicia "estaban para apoyarla", con lo que finalmente la joven acabó por denunciar a su ex pareja. Y "en el último momento", fue también cuando contó que este la "obligaba a estar con él como su mujer".

Ni la madrastra ni el padre han presenciado directamente ninguna de las agresiones. La mujer del padre si vio un día como el acusado, en pleno "ataque de nervios", rompió la luna del cristal del portal de la vivienda.

Y ambos han recordado que en el período en que la pareja vivió en el domicilio paterno, antes de convivir de forma independiente y de las agresiones, "discutían siempre", y en una de esas discusiones, oyeron "ruidos y golpes" dentro de la habitación, lo que les hizo llamar a la Policía, ante el temor a que su hija estuviera sufriendo una agresión que ella negó en todo momento.

El padre y la madrastra llegaron a consultar con la policía la posibilidad de ser ellos quien denunciaran, pero se les dijo que mientras no fuera ella quien lo hiciera, "no podían hacer nada":