AMPL Tribunales.-El acusado de matar a Gina Calderón dice no recordar "nada" y afirma que lo siente y la sigue queriendo

Actualizado: lunes, 27 octubre 2008 17:48

La defensa achaca lo sucedido y la amnesia al consumo de droga, y el resto de las partes creen que la amnesia es simulada

SANTANDER, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -

El acusado de matar a Gina Calderón en su vivienda de Carrejo en mayo del pasado año, Javier L.V., afirmó hoy en la vista oral no recordar "nada" de lo sucedido la noche de los hechos, pero dejó claro que lo siente y que sigue queriéndola. Según dijo, lo último que recuerda es que estaba viendo la película en la cama y, después de eso, su relato salta al momento en el que, ya en el sofá, su hermana le despertó y le preguntó qué había hecho.

En la primera sesión del juicio por jurado, que comenzó hoy en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, el imputado también explicó que nunca había tenido discusiones con su compañera y que el día del homicidio había consumido al menos tres gramos de cocaína y había tomado varios blancos y whiskys.

Precisamente la cuestión principal en el juicio es determinar si el acusado fue consciente o no de lo que hacía, ya que todas las partes, incluida la defensa, admiten que fue él quien dio muerte a Gina Calderón, una mujer colombiana con la que había estado viviendo varios meses.

La defensa sostiene que el acusado desconoce la razón por la que atacó a su compañera, "a la que amaba y con la que nunca tuvo ningún enfrentamiento", y lo achaca al "abuso" de la droga, que le llevó a un estado de alteración y posterior amnesia. En cambio, la acusación particular asegura que el consumo de cocaína no impide discernir entre el bien y el mal y señala que la "supuesta amnesia o trastorno psicológico es algo pensado conscientemente en un ánimo defensivo para tapar lo sucedido".

Junto a la acusación particular y la fiscalía, también ejercen acusación en la causa el Estado (la Delegación Especial del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer) y el Gobierno de Cantabria. La letrada del Gobierno regional dice que el acusado "sabía lo que hacía", mientras la abogada del Estado mantiene que el acusado "no sólo había proyectado" matar a su compañera, sino que además "lo hizo en el momento en que estaba indefensa" y se "ensañó deliberadamente".

VARIOS MESES DE CONVIVENCIA

En la primera jornada del juicio el acusado testificó respondiendo a las preguntas del fiscal y los cuatro letrados que representan a las partes. En su declaración, explicó que conoció a Gina en el bar que el hermano de la mujer tenía en Carrejo.

Después de iniciarse la relación entre ambos vivió con Gina tres meses, tras lo cual ella se marchó a Colombia a arreglar unos papeles. A su regreso, volvieron a convivir durante otros tres meses, y unos 15 ó 20 días después del regreso de la mujer también llegó a vivir con la pareja un sobrino de Gina con su pareja.

El día del homicidio hacía apenas una semana que el sobrino de Gina y su mujer se habían mudado a Torrelavega, y Gina con ellos, ya que, según relató el acusado, su compañera decidió ir a Torrelavega a ayudar a su sobrino y quedó en pasar los fines de semana con él en Carrejo.

Aunque Gina le propuso a él ir también a Torrelavega, Javier L.V. lo rechazó porque no quería seguir compartiendo la vivienda con los familiares de Gina. Además, explicó que no le molestó que ella se mudara porque, además, la mujer "quería continuar la relación" y quedó en pasar juntos los fines de semana.

EL DÍA DE LOS HECHOS

El domingo 6 de mayo, el día de la muerte de la mujer, ella había ido a ayudar a su hermano en el bar y el acusado pasó a recogerla por la tarde. A lo largo del día, Javier L.V. fue primero a tomar los blancos, después comió en casa de su madre y a continuación fue al bar del hermano de Gina, donde se tomó "dos o tres whiskys".

Durante la tarde estuvo también en otros bares y fue dos veces a comprar cocaína, primero dos gramos y después "uno o dos". Los primeros dos gramos los consumió antes de recoger a Gina y marcharse a casa, y del resto, parte lo consumió en el bar y lo demás ya en casa. Cuando la mujer salió de trabajar se fueron directos al domicilio, ella cenó y se tumbaron en la cama a ver una película. El acusado recuerda que Gina se quedó dormida y después dice no recordar nada más hasta el día siguiente.

El imputado comentó también que consume cocaína desde hace unos 20 años y que tiempo atrás un día después de haber consumido cocaína intentó agredir a su hermana y su cuñado. Tampoco recuerda lo que pasó en aquella ocasión, que se lo han contado, y una vez conocido lo que sucedió le han ido volviendo imágenes "como fotografías, pero poca cosa". También tuvo otro incidente, aunque menor, en casa de su madre, que tampoco recuerda.

Asimismo, explicó que estuvo varios meses yendo a Proyecto Hombre, aunque lo dejó, y ahora está siguiendo un tratamiento prescrito por el psiquiatra de la prisión.

AUTOPSIA

Tras la declaración del acusado, y a falta de que se continúe mañana con los testigos y el miércoles con los peritos, hoy se practicó ya la primera de las pruebas periciales, la correspondiente a la autopsia. En ella, una de las peritos explicó que al llegar a la vivienda tras el crimen la casa estaba revuelta y había sangre en algunos electrodomésticos.

El cuerpo de la mujer se encontraba boca arriba debajo de la cama y presentaba algunas contusiones y varios cortes en el cuello, aunque "bastante superficiales" y que no habrían bastado para causarle la muerte. La autopsia concluye que la mujer murió por asfixia, pero no se ha podido determinar qué fue primero, si los cortes o el estrangulamiento, aunque indirectamente las peritos deducen que primero le realizaron los cortes y después fue estrangulada. En todo caso fue todo consecutivo en el tiempo y en un breve lapso.

Bajo las uñas de la víctima encontraron sangre del agresor y también en el sujetador y la camiseta que llevaba la mujer, y por el contenido del estómago calculan que la muerte se produjo entre dos y tres horas después de la cena.

PARTES

De las cinco partes personadas en el juicio, tres califican lo sucedido como homicidio y dos como asesinato. Así, el fiscal considera a Javier L.V. autor de un delito de homicidio y pide que se le condene a 14 años de prisión y a indemnizar a los hijos que Gina tenía previos a esta relación.

Al igual que el fiscal, el Gobierno de Cantabria considera que se trata de un homicidio (pide 14 años), pero no descarta elevar sus calificaciones a asesinato en función de las pruebas que se practiquen en el juicio. Según la letrada, el acusado "sabía lo que hacía" y su "escenario simulado de amnesia y autolesiones" carece de "credibilidad".

Tampoco da credibilidad a la amnesia el abogado de la acusación particular que, además, considera que se trata de un asesinato y pide 25 años de cárcel e indemnizaciones para los hijos, la madre y la hermana de la víctima. Según sostiene, se trata de un asesinato porque la mató aprovechando que estaba tumbada y "sin ninguna posibilidad" de defenderse; y "agravó" su sufrimiento con los cortes en el cuello y los golpes.

Además, aseguró que el propio acusado había comentado alguna vez en público que en España "matar a una mujer es muy sencillo y se paga con muy pocos años" si se alega trastorno psicológico. Esta afirmación la refrendó también la abogada del Estado, que también considera los hechos asesinato (propone 25 años) y subrayó que la intención del Gobierno es demostrar que en España no sale "gratis" matar a una mujer.

Por su parte, la abogada de la defensa negó tajantemente que su patrocinado haya dicho eso "jamás" y, aun en el hipotético caso, afirmó que habría que ver el contexto. La letrada, que pide la absolución o, en su caso, una condena de cinco años, agregó que la de Gina Calderón fue una "trágica muerta" que el acusado "lamenta profundamente" porque la "amaba".