Jiménez Zamora anima a los cántabros a vivir públicamente su fe y abandonarse en Dios y les ofrece un "pastoreo de amor"

Actualizado: domingo, 9 septiembre 2007 22:42

En su toma de posesión, el obispo se presenta como "padre, hermano y amigo" y ofrece a las administraciones diálogo y colaboración

SANTANDER, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -

El nuevo obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora, instó hoy a los feligreses cántabros a vivir una "fe confesante", siguiendo el ejemplo de los Santos Mártires, patronos de Santander y de la Diócesis, y atendiendo la invitación del Papa, Benedicto XVI, a dar testimonio de Dios y no dejar la fe "relegada meramente al ámbito privado". Les animó además a "abandonarse" en Dios y "remar" en la "barca" de la iglesia cántabra, a la que ofreció además un "pastoreo de amor".

"Los cristianos no podemos tener una fe vergonzante, sino confesante", proclamó el prelado en su primera homilía al frente de la Diócesis de Cantabria y Mena, y conminó a los obispos a secundar el mensaje del Santo Padre en Valencia para seguir explicando que "prescindir de Dios, actuar como si no existiera o relegar la fe al ámbito privado, socava la verdad del hombre e hipoteca el futuro de la cultura y la sociedad".

Ante los numerosos fieles congregados en la Catedral santanderina y las autoridades civiles y eclesiásticas reunidas en su toma de posesión de la cátedra episcopal, entre ellos el nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro de Castro, el prelado cántabro, parafraseando al Pontífice, aseguró que "el mundo necesita, hoy de modo particular, que se anuncie y se dé testimonio de Dios".

Junto a este mensaje, Vicente Jiménez Zamora dirigió a la comunidad cristiana cántabra otro de cercanía. Se presentó como "padre, hermano y amigo" y pidió ser aceptado con sus "sombras", con sus "luces" e incluso con sus "pecados". "Quiero ser obispo de todos, con todos y para todos. Soy obispo por vosotros y soy cristiano con vosotros", aseveró.

"Vengo con la alegría de serviros y ofreceros el Evangelio de la esperanza. Quiero que Jesucristo y vosotros toméis posesión de mi persona, de lo que soy y de lo que tengo", añadió Jiménez Zamora, quien se comprometió a desarrollar un "pastoreo de amor, porque oficio de amor es apacentar a la grey del señor".

Según dijo, al igual que Abraham, él también ha sentido la "llamada de Dios", que le ha pedido que deje su tierra, que "sacrifique" su pasado "con dolor y con amor" y que le ofrezca su futuro "con alegría y esperanza", y así lo ha hecho, con "actitud de servicio alegre y generoso".

REMAR TODOS JUNTOS.

En esta nueva etapa al frente de la Diócesis cántabra, está convencido de que el Espíritu Santo "moverá a la barca" de la Iglesia y en ella remarán los cristianos "todos unidos, mar adentro en la misma dirección, para echar las redes". Reconoció que navegar mar adentro "no es tarea fácil", porque "hay que dejar en la orilla seguridades y rutinas, soltar amarras y abandonarse enteramente en las manos de Dios", pero resaltó que sólo apoyándose en la esperanza en Dios podrán realizar la misión que les confía.

En su homilía, Vicente Jiménez Zamora tuvo palabras para toda la comunidad cristina, tanto de la Diócesis santanderina como de la de Osma-Soria de la que procede. Se dirigió a los representantes eclesiásticos, a las familias, los jóvenes, los enfermos y otros colectivos, pero también a los representantes públicos. Señaló que la Iglesia "valora y reconoce la nobleza y la dignidad del compromiso político y social para la consecución del bien común" y ofreció a las administraciones "diálogo sincero y mutua colaboración".

También dedicó sendos mensajes a su predecesor al frente del Obispado cántabro, José Vilaplana, ahora obispo de Huelva y presente también en la celebración, y al que ha sido durante el último año administrador apostólico de la Diócesis, Carlos Osoro. Del primero destacó la "huella y la memoria" que ha dejado en el pueblo cántabro, y del segundo el trabajo "sereno y prudente" desempeñado en este tiempo.

Repasó además algunos apuntes históricos sobre las Diócesis de Santander y Osma-Soria, que comparten lazos de historia, fe y cultura, uno de ellos el marcado por el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, hacia el que se dirigieron muchos cristianos castellanos durante la ocupación musulmana, entre ellos el obispo Eterio, al que Beato de Liébana dedicó sus 'Comentarios al Apocalipsis'.

CELEBRACIÓN.

Vicente Jiménez Zamora, visiblemente emocionado, recibió esta tarde el báculo de la Diócesis cántabra de manos del nuncio de su Santidad en España en una celebración que se prolongó por espacio de dos horas y media. Comenzó con su llegada a la Iglesia del Cristo para orar ante las reliquias de los Santos Mártires, siguió con un saludo a las autoridades civiles en la plaza del Obispado y terminó en la Catedral con la toma de posesión y la celebración eucarística.

El nuncio del Papa subrayó que el nuevo obispo llega a Santander "con voluntad y entusiasmo" para iniciar la nueva misión que le ha sido encomendada. Monteiro de Castro elevó sus oraciones a Dios y a la Virgen, encarnada en Cantabria en su patrona, la Bien Aparecida, para pedir que Jiménez Zamora tenga una "fecunda" labor en la Diócesis cántabra.

Por su parte, el hasta hoy administrador apostólico cántabro, Carlos Osoro, explicó al obispo que se incorpora a una Diócesis cuyo "patrimonio más valioso" es su fe en Dios, expresada en manifestaciones diversas, "pero todas marcadas por el encuentro con Jesucristo".

REPRESENTANTES ECLESIÁSTICOS Y CIVILES.

Vicente Jiménez Zamora, que llega a la Diócesis cántabra después de haber dirigido en los últimos años la de Osma-Soria, tomó posesión de la cátedra episcopal en una ceremonia religiosa en la que estuvo acompañado de una veintena de obispos, entre ellos el obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, así como vicarios, otros representantes eclesiásticos --algunos de ellos del Obispado de Osma-Soria--, de la Iglesia Ortodoxa Rumana y de la Iglesia Evangélica Española.

También fueron numerosas las autoridades civiles presentes en el acto, entre ellos, el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez; la vicepresidenta cántabra, Lola Gorostiaga; el presidente del Parlamento regional, Miguel Ángel Palacio; el consejero de Presidencia y Justicia, Vicente Mediavilla; el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, otros miembros de la Corporación municipal y el presidente del PP cántabro, Ignacio Diego.

Entre las autoridades de fuera de la región que se sumaron a la celebración estaban la vicepresidenta primera de la Junta de Castilla y León, María Jesús Ruiz Ruiz; el ex presidente de la comunidad vecina Juan José Lucas y otros representantes de dicha región y de la provincia de Soria.