Los jóvenes cántabros tienen cada vez menos ideas "erróneas" sobre las agresiones sexuales pero aún no identifican todas

Actualizado: jueves, 20 septiembre 2007 17:01

Según datos de CAVAS, más de la mitad cree que las agresiones se dan en lugares apartados y que la víctima no se recupera nunca

SANTANDER, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los jóvenes cántabros tienen cada vez menos creencias "erróneas" en torno a las agresiones sexuales, pero todavía necesitan profundizar en qué conductas se consideran agresiones sexuales, cuáles son sus efectos y cómo se pueden superar. Éstas son algunas de las conclusiones que extrae el Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales de Cantabria (CAVAS) del último programa de formación desarrollado el pasado curso en 36 institutos de la región, con el que se llegó a 1.929 alumnos de primer curso de Bachillerato.

Según explicó hoy en rueda de prensa la educadora social y psicopedagoga de CAVAS Ana Fernández, desde la puesta en marcha de este programa en el año 1996 la asociación ha constatado "mucha evolución" entre los jóvenes de un año a otro hasta el punto que el cuestionario de evaluación utilizado puede que sea revisado y actualizado para el nuevo curso.

Fernández destacó que hay algunos conocimientos ya "bastante trabajados" y algunas de las preguntas del test que incluso sorprende a los propios alumnos que todavía se planteen. Por ejemplo, aunque siempre hay alguna respuesta afirmativa, los jóvenes no entienden que aún se pueda pensar que a las mujeres "en el fondo les gusta" ser víctimas de una agresión sexual, tal como se les pregunta en una de las cuestiones.

En cambio, en lo que todavía necesitan más formación es en la identificación de nuevas formas de agresión que no interpretan como tal. Según recalcó la educadora de la asociación, agresión o abuso sexual es todo aquello que "incomode" a una de las personas, aunque sólo sean tocamientos y no se llegue a la violación.

En el programa de sensibilización desarrollado el pasado curso, que se abre con un test inicial para evaluar los conocimientos y percepciones de los jóvenes sobre las agresiones y la sexualidad y se cierra con el mismo cuestionario una vez celebradas las sesiones informativas, se constataron todavía algunas creencias erróneas.

Así, el 72% de los chicos y el 60% de las chicas creían en un principio que las agresiones se producen fundamentalmente en lugares solitarios, una percepción que se redujo hasta el 17% y el 15% respectivamente al finalizar el programa. Según señaló Ana Fernández, la realidad es que el 54% de las agresiones se dan en el propio domicilio y sólo un 14% se producen en lugares abiertos.

Además, un 50% de los alumnos y un 67% de las alumnas pensaba que la víctima de una agresión no se recupera nunca, y las educadores de CAVAS lograron reducir esa idea al 5% y 6% en cada caso, un elemento importante, según Fernández, porque si una persona víctima de agresión sexual cree que no se puede superar, será más difícil que lo logre.

OTROS ERRORES.

También perviven entre los jóvenes otras ideas erróneas, por ejemplo, que las agresiones sexuales las sufren sobre todo mujeres jóvenes o que la mayoría de las agresiones son obra de enfermos mentales o personas que buscan una satisfacción sexual, cuando lo cierto, según la psicopedagoga, es que el objetivo de la agresión sexual es "hacer daño" y no hay que padecer ninguna enfermedad mental para ser un agresor. Igualmente, los chicos todavía siguen pensando que a ellos no van a ser víctimas de una agresión sexual porque "es cosa de chicas".

Junto a estas ideas, CAVAS también trabaja en este programa algunos estereotipos de género, que "siguen estando muy presentes". Al iniciar el programa un 13% de los chicos y un 5% de las chicas creen que se tienen necesidades sexuales que "hay que satisfacer", sobre todo en el caso de los hombres. Esa percepción permanece sólo en el 5% de los chicos y el 2% de las chicas una vez superada la fase formativa.

NECESIDAD DE LA PREVENCIÓN.

A la vista de todo ello, Ana Fernández opinó que la prevención y el trabajo de una sexualidad positiva siguen siendo "muy necesarios". Además, aseguró que los jóvenes están "deseando" hablar con claridad de estos asuntos.

El programa que desarrolla CAVAS se estructura en cuatro fases: el test inicial; una primera sesión formativa sobre los mitos, las agresiones y cómo prevenirlas; otra sesión sobre lo que se debe hacer ante una agresión y cómo trabajan con las víctimas los equipos especializados de la Guardia Civil y la Policía Nacional, y un test final para evaluar cómo han evolucionado las percepciones de los participantes.