MADRID/SANTANDER, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Santander es uno de las ciudades más baratas para comer fuera de casa, con un coste medio del menú del día de 8 euros, según un estudio de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes sobre los hábitos alimenticios relacionados con la jornada laboral.
La capital cántabra se encuentra en la parte baja de esta lista junto a otras ciudades, como Cáceres, Toledo y Oviedo. Por el contrario, las ciudades más caras fueron, de nuevo, Barcelona y Madrid. La diferencia de precio entre ciudades puede hacer que el gasto varíe en 88 euros.
En general, cada español gasta una media de 204 euros al mes en comer fuera de casa por no tener tiempo suficiente para regresar al trabajo, una situación que viven seis de cada diez españoles.
Este hecho se da de manera especial en las grandes ciudades, como Madrid y Barcelona, donde come fuera el 81 por ciento y el 79 por ciento, frente a otras más pequeñas, como Toledo o Cáceres, en las que el porcentaje baja al 40 por ciento y 45 por ciento.
El importe de las comidas varía mucho en función de la renta de cada individuo y la decisión de dónde comer, por lo que oscila entre los 100 euros y los más de 300 euros, .
La tónica general es que los españoles que comen fuera de casa opten por el menú (80%), frente al 6% que come a la carta, al tiempo que se observa una tendencia creciente en las personas que se llevan la comida a la oficina (15%).
La elección de los platos depende mucho de cada cuidad y está ligada al clima. Así, en el norte, optan por platos de cuchara, mientras que en el Levante eligen más verduras. No obstante, del informe se desprende que los españoles siguen siendo carnívoros (21%), aunque crece el porcentaje de los que comen pescado (16%).
Respecto a la bebida elegida para acompañar las comidas, casi la mitad de los encuestados opta por el agua (45%), y de las bebidas alcohólicas, la cerveza (22%) sigue ganándole la partida al vino (18%), aunque es más popular que los refrescos (10%).
La mayoría de los consumidores elige restaurantes cercanos a su lugar de trabajo que disponga de menús económicos con comida casera (78%), frente a un porcentaje que desciende progresivamente, que opta por la llamada 'comida rápida' (16%).
Por otro lado, el informe concluye que, aunque más de la mitad de los encuestados reconoce que alguna vez en su vida se han sentido engañados a la hora de comer, tan sólo un 6% asegura que ha puesto una reclamación para denunciar algún tipo de agravio.
Entre las quejas más comunes a la hora de comer se encuentran las facturas inadecuadas, que concentran más de la mitad del total (55%), seguidas por un mal servicio (28%), o por la falta de higiene (13%) del establecimiento.
