De la Serna expone 10 directrices preliminares para que los municipios costeros afronten el cambio climático

El alcalde de Santander propuso estas recomendaciones ante el Congreso de Poderes Locales y Regionales de Europa, en Estrasburgo

Europa Press Cantabria
Actualizado: martes, 1 diciembre 2009 17:23

SANTANDER, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

El alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, planteó hoy en Estrasburgo, ante el Congreso de Poderes Locales y Regionales de Europa (CPLRE) del Consejo de Europa, diez directrices preliminares para que los municipios costeros afronten las consecuencias del cambio climático.

Estas directrices forman parte del avance del estudio sobre los efectos del cambio climático en las ciudades y poblaciones costeras que el Consejo de Europa ha encargado al Ayuntamiento de Santander y la Universidad de Cantabria (UC), que presentó alcalde junto al director del Instituto de Hidráulica de la UC, Íñigo Losada, y en presencia de expertos internacionales, ante el Congreso de Poderes Locales y Regionales.

Las recomendaciones que planteó el alcalde, tras una intervención científica previa a cargo de la UC exponiendo datos sobre la situación actual, servirán para abrir un debate que se cerrará en el mes de marzo.

Es la primera vez que España hace una presentación sobre cambio climático ante el Consejo de Europa, a través del Congreso de Poderes Locales y Regionales, y, en este caso, Santander se convertirá en una referencia ya que el estudio sirve para diseñar las directrices que los ayuntamientos puedan seguir en sus políticas de gestión frente al cambio climático.

De la Serna indicó que las áreas urbanas son las que van a experimentar un mayor impacto como consecuencia del crecimiento del nivel del mar o de los temporales, puesto que es precisamente en las ciudades donde se concentran principalmente la población, los recursos y las infraestructuras.

Por ello, los riesgos sobre la costa derivados del cambio climático influirán en el futuro en la planificación urbana, en el crecimiento y en el desarrollo de estas ciudades, remarcó el alcalde, quien apuntó que se hace necesario no sólo adoptar medidas de prevención sino actuar también en la adaptación a las nuevas circunstancias derivadas de esos cambios.

CAMBIOS EN EL CLIMA MARÍTIMO

Por este motivo, en primer lugar, abordó la necesidad de tomar en consideración los elementos que afectan al clima marítimo, como son el aumento del nivel del mar, las tormentas, las mareas meteorológicas, los oleajes o los vientos, a la hora de analizar los efectos del cambio climático en las ciudades costeras.

Como segunda recomendación, propuso poner en marcha, de forma inmediata, políticas y acciones de ámbito local para evaluar los posibles efectos en las áreas urbanas del cambio climático derivado de la transformación de las condiciones climáticas del mar.

En tercer lugar, De la Serna aconsejó instar a los gobiernos nacionales y regionales a colaborar con las administraciones locales para obtener mayor información respecto a las tendencias que guiarán el cambio del clima marítimo.

Esta colaboración debería seguir varias direcciones: realizar predicciones acerca de la vulnerabilidad de la costa y prever los posibles efectos, preparar planes de adaptación con la mejor y mayor cantidad de información posible, reducir las incertidumbres y riesgos y optimizar la asignación de recursos.

La cuarta recomendación fue establecer sistemas de cooperación entre las administraciones locales de las áreas costeras para compartir sus experiencias, metodologías, herramientas y buenas prácticas, de manera que se establezcan medidas comunes para afrontar las singularidades de las ciudades costeras con respecto al cambio climático.

En quinto lugar sugirió aumentar la resistencia de las ciudades costeras a los efectos del cambio climático, utilizando para ello herramientas como la regulación de las actividades que se desarrollan en los frentes marítimos o el planeamiento del crecimiento de la propia ciudad.

La sexta propuesta supone promover la colaboración entre entidades públicas y privadas en el ámbito de la investigación para el diseño, desarrollo y puesta en marcha de acciones de protección contra el cambio climático en el entorno marino; y la séptima, a corto plazo, establecer sistemas de aviso de inundaciones y de evaluación de los posibles impactos y de la vulnerabilidad, de forma que se reduzcan tanto la población como los activos que se encuentran en riesgo.

De la Serna se refirió, en octavo lugar, a la conveniencia de que, a medio plazo, se regulen las políticas sectoriales para incluir las consecuencias del cambio climático en el mar. Así, una vez evaluadas las actividades industriales y socioeconómicas ligadas a los recursos costeros y calculadas las tendencias y previsiones en la planificación urbana y el desarrollo de las ciudades, se establecerían programas para redimensionar las infraestructuras.

Incrementar la concienciación respecto al hecho de que las medidas de mitigación para reducir el calentamiento global son la mejor forma de dar respuesta al proceso de crecimiento del nivel del mar y de cambios en el clima marítimo sería la novena línea a seguir, afirmó.

Por último, el alcalde propuso que las administraciones arbitren medidas para incrementar la concienciación y promover la formación de expertos respecto a las consecuencias del cambio climático en el mar.

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