SANTANDER, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Componentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Torrelavega, en compañía de efectivos del Servicio de Seguridad Alimentaria del Gobierno de Cantabria, procedieron el pasado jueves al decomiso de una importante cantidad de productos alimenticios caducados, manipulada la fecha de caducidad o con irregularidades en el etiquetado, que se encontraban en un comercio minorista de la ciudad de Torrelavega.
El mismo día en que se produjo esta actuación, el pasado 9 de octubre, los componentes del Seprona de la Guardia Civil de Torrelavega habían realizado, pasadas las 11 de la mañana, una intervención en un locutorio de la calle Julián Urbina de dicha localidad, donde intervinieron un total de 69 productos alimenticios, refrescos, etc, caducados o con irregularidades en el etiquetado.
Finalizadaza esta actuación se dirigieron a un comercio minorista de alimentos de la misma calle, donde a primera vista encontraron una importante cantidad de productos alimenticios caducados o con deficiencias en el etiquetado, por lo que solicitaron la presencia de personal del Servicio de Seguridad Alimentaria del Gobierno de Cantabria.
Los componentes del Seprona, junto con los citados inspectores, pudieron comprobar que había expuestos a la venta, en estanterías, numerosos productos cuya etiqueta no se encontraba en castellano, así como 125 pequeños envases con gambas ahumadas, cayena, cacao, pipas de calabaza, etc, casi todo sin etiquetar y unos pocos con etiqueta, al parecer hecha por la encargada del local, o con etiqueta que no correspondía con el producto que contenía. En una cámara frigorífica fueron encontradas además 15 latas de refrescos de origen colombiano, con la fecha de caducidad borrada.
Igualmente en el almacén se localizaron 24 envases de adobo de sazón criollo ranchero con la fecha de caducidad borrada y otros 12 caducados, así como 33 bolsas de maíz, arroz y sémola sin etiquetar, y 11 botellas de refrescos caducados.
Por todo ello se procedió al decomiso de los productos descritos y a su puesta a disposición de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria, siendo algunos de ellos destruidos 'in situ', en presencia de la encargada del establecimiento.
Por parte de los efectivos del Seprona de la Guardia Civil se confeccionó la correspondiente denuncia, en relación con la legislación vigente sobre etiquetado, la Ley general de consumidores y usuarios y el Real Decreto del Comercio Minorista.