TOLEDO 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, adelantó hoy que la revisión catastral que se llevará a cabo este año supondrá un incremento en la recaudación municipal, a través de los inmuebles y solares que se ponen de manifiesto --y que hasta el momento no estaban tributando-- cada vez que se da una revisión de este tipo, pues el número de contribuyentes, por tanto, también aumenta.
García-Page realizó hoy estas declaraciones, a preguntas de los medios, durante la rueda de prensa que ofreció en la Diputación, junto al presidente de dicha institución, para dar a conocer el convenio firmado entre ambos en materia de vivienda.
En este sentido, el primer edil toledano explicó que fue la anterior Corporación Municipal la que puso en marcha el procedimiento de revisión catastral, ya que la Ley obliga a llevarla a cabo cada diez años.
De esta forma, dijo, "lo que se ha hecho es poner en marcha el procedimiento y ahora le corresponde al Catastro hacerlo, mientras que el Ayuntamiento lo que hace, como mucho, es establecer alegaciones al procedimiento".
Sin embargo, García-Page recordó que, en el mes de enero del próximo año, se pondrá en marcha la medida que se ha arbitrado desde el equipo de Gobierno por el que el tipo de gravamen del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) se rebaja sustancialmente de manera que el ciudadano pague, finalmente, lo mismo que paga en la actualidad con el incremento "lógico que se aplica a todos los tributos".
En este sentido, el alcalde de la capital regional explicó que lo que se ha llevado a cabo de esta forma es poner en marcha una medida destinada a la "neutralización del impacto de esa valorización sobre los impuestos".
Además, recordó que este año existe una novedad importante, pues, a diferencia de las revisiones hechas en el pasado, que tenían un efecto inmediato en el valor a aplicar, esta revisión, tanto en Toledo como en el resto de localidad en que se lleve a cabo la revisión catastral, contará con un periodo de aplicación progresivo de diez años.
Finalmente, García-Page especificó que, al prorratearse el valor añadido a lo largo de ese periodo de diez años, y que el tipo de gravamen se haya bajado desde el Ayuntamiento, hará que los ciudadanos noten un efecto "mínimo" sobre el recibo del IBI.