Actualizado: martes, 30 octubre 2012 15:16

MADRID/TOLEDO, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 31 años de prisión a Santiago S.L., apodado 'El Pelao', por secuestrar en octubre de 2011 a dos mujeres en la capital y agredir a unas de ellas.

En una sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, los magistrados imponen a 'El Pelao' 31 años de cárcel como autor de dos delitos de detención ilegal, dos delitos de robo con intimidación, un delito de agresión sexual y tenencia ilícita de armas de fuego. En todos los delitos concurre la circunstancia agravante de disfraz.

El procesado deberá abonar las costas procesales e indemnizar a una de sus víctimas con 1.200 euros por el dinero sustraído y con 6.000 euros por los daños morales. A la otra mujer agredida tendrá que pagar 440 euros por la cantidad sustraída y 2.500 euros por los daños morales.

El procesado se halla en prisión provisional desde el 30 de diciembre de 2011 cuando fue detenido en su domicilio de La Roda (Albacete). Según la Policía, este cerrajero empleaba sus viajes de trabajo para raptar a chicas y agredirlas sexualmente.

Respecto a una de sus víctimas, que fue atacada el 27 de octubre de 2011, la Sala señala que da credibilidad a su testimonio por su "precisión y rotundidad". Además, recalca que su caso se trató de "un encierro muy prolongado, superior a las 10 horas, que tuvo lugar en el maletero del vehículo, y que además se desarrolló largo tiempo después de la consumación del robo y de la agresión sexual".

Además, menciona el análisis del perfil genético recogido de los restos de semen hallados en el cabello de la víctima, que coincide con el ADN del procesado. Y añade que la víctima precisó que su agresor tenía una verruga en uno de sus dedos, algo que coincide con la realidad.

NIEGA LOS HECHOS

En la vista oral, que se celebró hace quince días, el procesado negó las imputaciones de las que se le acusa y aseguró que su implicación se debía a su negativa a identificar a los miembros de una trama de blanqueo de capitales para los que supuestamente trabajaba de interlocutor.

Una de las víctimas relató cómo su agresor le abordó la madrugada del 27 de octubre de 2001 en una calle próxima al Paseo de la Habana y le obligó a punta de pistola que se introdujera en el maletero de su propio vehículo.

"Me abordó un hombre vestido de negro y con un pasamontañas. Me encañonó con una pistola, una especie de recortada con silenciador y con culata de madera", narró la mujer.

Según su testimonio, esa noche llegó alrededor de las dos de la madrugada a Madrid de una cena de trabajo. Aparcó cerca de la calle Paseo de la Habana, ya que se iba a dirigir a la casa de su marido. Cuando estaba cogiendo un cargador de móvil en el maletero, alguien se le acercó de forma sorpresiva.

"Sentí alguien detrás de mi. Había una persona vestido de negro encapuchado con una pistola, una especie de recortada con silenciador y con culata de madera. Y le dijo: no, no. Ya sabía lo que me iba a pasar. Me dijo: no quiero problemas. Me empujó y me golpeó en la boca. Me metió en el maletero de mi coche", contó.

Tras ello, la llevó a un descampado y la pidió que se desnudara. A continuación, la volvió a meter en el coche y le pidió que le diera los números pin de sus tarjetas de crédito. De nuevo, la introdujo en el maletero y cambiaron de lugar.

"Sentí que paramos en un peaje y fuimos a otro descampado, donde se oían los aviones. Me volvió a bajar. Y me dijo que tenía una hora para descansar y que estaba a la espera de instrucciones. Que a las nueve le dirían que haría conmigo. Me dijo que descansara y me dijo que haría lo posible para que no me hiciera nada. Y abusó de mi", añadió.

Según su versión, cuando el hombre abusó de ella pudo ver sus manos, ya que hasta entonces las llevaba cubiertas con unos guantes de cuero. Así, pudo ver que tenía los dedos de las manos gruesos y como aplastados, con una cicatriz abultada en el pulgar, un extremo que coincide con el procesado.

Tras la vejación, la volvió a meter en el maletero y la llevó a otra zona. "Me dio un sandwich y un cepillo de dientes. Me dijo que me iba a dejar escapar. Salí corriendo y fui a La Paz", señaló la víctima, a quien sustrajo hasta 1.200 euros de sus cuentas.

HECHOS JUZGADOS

Según la sentencia, el procesado abordó hacia las dos de la madrugada del 27 de octubre de 2011 y cubierto con un pasamontañas a una joven en la calle Francisco de Goya de Madrid, apuntándole con una carabina de calibre 22 para la que crecía de licencia de armas.

La obligó así a introducirse en el maletero de su automóvil. Durante toda la noche estuvo circulando con ella en el maletero y, cuando ya amanecía, abusó de ella. Luego, la volvió a meter en el maletero hasta que hacia las 12:30 horas la liberó en la calle Arzobispo Morcillo de la capital.

En otro episodio, hacia las 9:00 horas del el día 9 de noviembre de 2011, y valiéndose de la misma carabina, volvió a secuestrar a otra joven en el párking de la calle Riaño. Como también había hecho con su anterior víctima, le quitó las tarjetas bancarias y le obligó a darle el número secreto (PIN) para sacar dinero en diferentes cajeros automáticos.

Hacia las 11:50 horas la joven fue rescatada por la Policía de Torrejón de Ardoz, localidad donde se encontraba en ese momento el vehículo. La Policía había sido alertada por la propia víctima que había hecho llamadas desde su teléfono móvil. No obstante, Santiago S. logró escapar de la operación policía