El coordinador de extinción del incendio de La Riba achaca las muertes a un "fenómeno extraño" sin explicación

Europa Press Castilla-La Mancha
Actualizado: martes, 4 diciembre 2007 19:03

GUADALAJARA 4 Dic. (EUROPA PRESS) -

Antonio Solís Camba, el que fuera el jefe de coordinación provincial de incendios el 17 de julio de 2005, cuando se produjo el incendio de La Riba de Saelices, negó hoy "de forma rotunda" que fuese él quien dirigió las acciones del retén de Cogolludo, y argumentó que la muerte de once personas de este retén se produjo por un "fenómeno extraño" que "aún no se ha explicado".

El segundo de los técnicos de la Junta que ha declarado en el Juzgado de Sigüenza por estos hechos --el pasado 30 de noviembre-- explicó hoy en rueda de prensa que no tenía autoridad para dirigir el retén porque "sería una locura dirigir a un grupo de personas a cien kilómetros de distancia y sin tener visión directa de la situación".

Según explicó Solís, el citado retén estaba al mando de Pedro Almansilla que "además de ser íntimo amigo mío" llevaba 30 años apagando incendios, se conocía los caminos "y tenía todo el conocimiento y la capacidad para hacerlo".

Así, insistió en que la muerte de los once integrantes del retén de Cogolludo "fue un accidente" y defendió la profesionalidad del responsable del mismo, Pedro Almansilla, uno de los fallecidos, "que actuó de forma totalmente profesional".

En este sentido Solís, aunque convencido de la tesis del accidente, explicó que ha solicitado toda clase de informes "porque allí ocurrió un fenómeno extraño no previsible y tenemos que aprender, si es que somos capaces de ello, de cómo se produjeron las explosiones, pero aún no hemos sido capaces".

Antonio Solís desmintió, por otra parte, que no se actuase de forma correcta en cuanto a la reacción ante el aviso del comienzo del incendio "como se puede comprobar de forma exacta y detallada en las diferentes grabaciones" y consideró que se pusieron en marcha los medios materiales y personales para la extinción "que fueron posibles en aquellas circunstancias".

En todo caso, reconoció que las condiciones climatológicas y la situación del bosque en cuanto a combustible "propiciaron que en bastantes fases del incendio fuese imposible atacar las llamas por su extraordinaria intensidad".

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