TOLEDO 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Salud y Bienestar Social, Fernando Lamata, recalcó hoy en Toledo que el Gobierno de Castilla-La Mancha tiene como una de sus prioridades garantizar la atención integral a las personas con enfermedades crónicas, un compromiso que se verá reforzado con la elaboración y aprobación del Plan de Salud y Bienestar Social 2011-2020, que tiene como objetivo buscar la excelencia en la atención sociosanitaria.
Lamata hizo estas declaraciones durante el acto inaugural de las VIII Jornadas Regionales sobre la Enfermedad Celiaca, organizadas por la Asociación de Celíacos de Castilla-La Mancha, en el que ha estado acompañado por el presidente de esta entidad, Fernando Pozuelo, y por la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Toledo, Ana Saavedra.
Asimismo, asistió Roberto Sabrido, presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, con la que se está trabajando, entre otros asuntos, en la mejora del etiquetado de los alimentos o en posibilitar el acceso de las personas afectadas por la enfermedad celíaca a los menús de los restaurantes.
A estas jornadas han asistido cerca de 700 personas que previamente al inicio de las mismas han participado en una chocolatada con churros, elaborada con productos libres de gluten que han sido donados por diferentes empresas y entidades, informó la Junta en un comunicado.
Según el consejero, un ejemplo de esta prioridad política del Gobierno regional, es que Castilla-La Mancha ha sido la primera comunidad autónoma que destina desde 2007 una ayuda anual de 300 euros para sufragar parte de la carga económica que supone su alimentación exenta de gluten, como se había comprometido públicamente el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, con este colectivo.
En ese sentido, este año se concederá la ayuda a 2.083 personas celiacas residentes en la región que la han solicitado, con una inversión por parte del Ejecutivo autonómico de 625.000 euros.
Estas personas presentan una intolerancia permanente al gluten del trigo, la cebada y el centeno y sus síntomas pueden aparecer no sólo en niños, sino en cualquier momento de la vida. Su intestino, al ingerir estos cereales, se lesiona y pierde su función, lo que conlleva unos efectos secundarios diversos y con distintos grados de gravedad. El único tratamiento eficaz es una dieta exenta de gluten.
OTRAS MEDIDAS
Además de esta ayuda, que se renueva cada año, desde Salud y Bienestar Social también se han adoptado otras medidas tendentes a mejorar la calidad de las personas celiacas, como la organización de seminarios de formación sobre la enfermedad en las escuelas de hostelería, en colaboración con la Asociación de Celiacos de Castilla-La Mancha, así como incluir en los cursos formativos de los manipuladores de alimentos contenidos específicos sobre la enfermedad celiaca.
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha distribuido en todos los centros educativos de la región el año pasado una guía de alimentación para comedores escolares, en la que se incluye un capítulo específico destinado al menú de alumnos con intolerancia al gluten y ha editado un cuento divulgativo de la enfermedad destinado al colectivo infantil y una guía práctica con recomendaciones para hacer frente esta patología destinada a las familias con niños celiacos.
Ya se ha distribuido entre los centros de salud y hospitales un cartel informativo sobre esta patología, que también se va a repartir en los centros escolares de la región.
La Consejería, por último, lleva a cabo un programa de toma de muestras y analíticas de alimentos elaborados en industrias alimentarias de Castilla-La Mancha susceptibles de ser consumidos por celiacos para determinar la presencia de gluten y evaluar sus efectos.
Además, el SESCAM ha puesto en marcha un programa específico de asistencia hospitalaria a pacientes celiacos para ofrecer en todos los servicios de alimentación de los hospitales públicos de la región una dieta basal y terapéutica adecuada a este tipo de pacientes.
El objetivo es informar de la enfermedad tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios que puedan tener contacto con los mismos, y a todos aquellos profesionales que durante su estancia en los centros hospitalarios intervienen en la elaboración de los alimentos proporcionados a estas personas.
Castilla-La Mancha es una de las primeras Comunidades Autónomas del país en poner en marcha un programa similar en sus servicios de salud.