El Santo Cristo de la Buena Muerte procesiona esta madrugada desde San Juan de los Reyes

Actualizado: viernes, 10 abril 2009 16:28

TOLEDO, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte saldrá esta madrugada, a la 1.00 horas del Sábado Santo, del Monasterio de San Juan de los Reyes en procesión por las calles de Toledo por la Semana Santa, de Interés Turístico Nacional.

La imagen de esta Cofradía es un Cristo muerto en la Cruz, de madera sin policromar y tamaño natural. Es obra del artista toledano Mariano Guerrero Corrales en 1973. No lleva andas y son los hermanos los que portan la imagen sobre sus hombros.

El itinerario irá del Monasterio de San Juan de los Reyes, Ángel (primera estación), Santo Tomé (segunda estación, ante el Cristo), El Salvador (tercera estación, al final de la calle), Ciudad, Santa Isabel, Iglesia del Convento de Santa Isabel (cuarta estación), Santa Isabel, plaza del Ayuntamiento (quinta estación), Cardenal Cisneros, entrado en la Catedral por la Puerta Llana (estación penitencial), salida por la Puerta Llana, Cardenal Cisneros, plaza del Ayuntamiento, Arco de Palacio (sexta estación), Nuncio Viejo, plaza de Amador de los Ríos (séptima estación).

Después irá por Navarro Ledesma, plaza de las Tendillas, Instituto (octava edición), plaza de Santa Clara, iglesia del convento de Santa Clara (novena estación), plaza de Santa Clara, cobertizo de Santa Clara, cobertizo de Santo Domingo el Real, plaza de Santo Domingo el Real (décima estación), Buzones, Merced, plaza de la Merced (once estación), Real (doce estación), Puerta del Cambrón (trece estación), Reyes Católicos, iglesia del monasterio de San Juan de los Reyes (en el interior de la iglesia se celebrará la 14º y última estación).

La Cofradía penitencial del Cristo de la Buena Muerte se funda, según consta en su primer acta, el 14 de abril de 1956 en una reunión celebrada por los cofrades fundadores en un local de la calle Trinidad, en Toledo. Sus orígenes se remontan a una serie de reuniones celebradas por varios compañeros, todos ellos pertenecientes a las Fuerzas Armadas, y con destino en la ciudad, con personas de gran relevancia en la vida política, social y cultura de la época.

Es la única procesión de la Semana Santa toledana que un Vía Crucis hace estación en dos de los conventos de monjas franciscanas, el de Santa Isabel de los Reyes y el de Santa Clara, entrando en ellos y siendo recibidos por las monjas de clausura detrás de sus celosías, cantando los salmos penitenciales. La Cruz de guía es luminosa y en ella se puede leer: "Oye la voz que te advierte que todo es ilusión menos la muerte".