Tribunales.- El acusado de asesinar a un hombre en El Casar (Toledo) dice que si pinchó a la víctima fue "accidental"

El fiscal cree que abusó de que la víctima no tenía armas y estaba borracha "para matar sin riesgo, sobre seguro"

Europa Press Castilla-La Mancha
Actualizado: lunes, 9 junio 2008 18:17

TOLEDO, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

Sócrates F.S., acusado de asesinar a un hombre con un cuchillo jamonero en el interior de un bar de El Casar de Escalona (Toledo), la madrugada del 6 de noviembre de 2006, señaló hoy que él no tocó en ningún momento un cuchillo jamonero con el que supuestamente fue herida la víctima esa noche, que si pinchó a este con una espada durante el forcejeo fue "accidentalmente", y que cuando se marchó a casa de su tía para avisarla de lo ocurrido dejó a la víctima "normal".

Durante la primera sesión del juicio con jurado que se celebró en la Audiencia Provincial de Toledo, el acusado, de nacionalidad dominicana, reconoció que el fallecido era una persona "problemática" aunque nunca había tenido ningún problema con él y que cuando llegó al bar esa noche estaba bebido, según advirtió "por su forma de actuar y de hablar".

Explicó que en un primer momento, tuvo que reprender a la víctima cuando sacó una bolsa de marihuana y la dejó en la barra con intención de hacerse un porro, invitándolo a salir a la calle porque "había niños delante" y porque no podía fumar en el bar. Fue entonces cuando la víctima y otro hombre con el que acudió al bar salieron fuera y mantuvieron una pelea.

A su regreso de la calle, la víctima empezó a tirar las vitrinas de la barra, por lo que el acusado volvió nuevamente a recriminarle su actitud, sacando para ello una espada que había detrás de uno de los frigoríficos, con la que dio varios golpes en la barra, para intentar que se calmase.

En ese momento, según el acusado, la víctima le arrebató la espada y, para evitar que hiriera con ella a alguien, él mismo saltó por encima de la barra con la intención de recuperarla, momento en el cual se inició un enfrentamiento entre ambos, en el que también participaron varias personas más, que terminó cuando una mujer que había en el local advirtió de que la víctima tenía sangre.

El acusado insistió en que fue al ver la sangre de la víctima cuando se asustó, y avisando a otro cliente de que llamase a la Policía --porque él no tenía saldo y el bar no tenía teléfono--, se dirigió a casa de su tía, con la que vivía y propietaria del establecimiento, donde se quedó durante unas dos horas hasta que llegó la policía a detenerlo.

LA ESPADA NO TENÍA SANGRE.

A preguntas del Ministerio Fiscal y la acusación particular, Sócrates negó insistentemente haber cogido el cuchillo jamonero, y dijo no saber por qué la espada con la que, según él, sucedieron los hechos no tenía sangre y estaba colocada en su sitio tras el mostrador, cuando él señaló reiteradas veces que se quedó en el suelo tirada.

Tampoco dio una justificación para las manchas aparecidas en el puño del jersey y la parte trasera del pantalón que llevaba ese día, aunque argumentó, a preguntas de su defensa, que en el tiempo en que permaneció en casa hasta que fue detenido, podría haberse cambiado de ropa y, al no tener constancia de que hubiera herido mortalmente a la víctima, no lo hizo.

Fue el único testimonio de esta primera jornada de la vista, suspendida hasta mañana a las 10.00 horas, en la que el Ministerio Fiscal, que pide 20 años de prisión para el acusado por un delito de asesinato --además de una indemnización para la madre del fallecido de 70.000 euros--, definió como "ruin y cobarde" la forma en que Sócrates acabó con la vida de la víctima, teniendo en cuenta que esta última no portaba ningún arma y que el alcohol que había bebido le impidió defenderse.

A juicio del Ministerio Público, Sócrates "abusó de ello para matar sin riesgo, sobre seguro", y aseveró que todos los testigos dicen que quien hizo las puñaladas fue el acusado, de quien dijo que si s actitud no fue la de huir "no hubiese huido y hubiese llamado a los servicios sanitarios y no se habría deshecho del cuchillo" homicida, que apareció días después en el jardín de una vivienda.

En el mismo sentido se manifestó la acusación particular, que pide la misma pena para el acusado que la fiscal, quien señaló que el acusado "no tuvo intención de amedrentar" como asegura, ya que "tuvo miles de medios para no haber hecho lo que hizo".

INVESTIGACIÓN SESGADA.

Por su parte, el abogado de la defensa, que criticó duramente que no se le haya permitido realizar distintas pruebas de parte durante el procedimiento y que la investigación se haya realizado de forma "sesgada", lamentó que tanto la fiscal como el abogado de la acusación particular haya ya realizado su sentencia de culpabilidad.

Lamentó que ambas partes hayan pedido la pena en su grado máximo, aún cuando el acusado carece de antecedentes y es un "delincuente primario", y consideró un atenuante que el acusado haya reconoció que utilizó la espada, con la que le vieron todos los testigos, destacó.

El letrado, que especuló con la posibilidad de que otra persona apuñalase a la víctima, recordó que hubo personas que entraron en la cocina del bar esa noche y que podrían haber cogido el cuchillo homicida, aunque, de otro lado, señaló que su patrocinado llevaba siete meses en España, no tenía papeles ni contrato de trabajo y que la situación que se creó podría haber afectado a sus facultades mentales.

HECHOS.

Los hechos ocurrieron sobre las 23.45 horas del día 6 de noviembre de 2006, cuando el acusado se encontraba trabajando como camarero en el bar "La churrería", propiedad de su tía, en El Casar de Escalona, donde también se encontraban dos hombres, ambos amigos, tomando unas copas.

En un momento dado, estos dos hombres comenzaron a discutir, por causas que se desconocen, y a golpearse mutuamente, por lo que fueron recriminados por el acusado y otros clientes que había en el bar para que lo abandonasen y se marchasen a la calle.

Ante dicho requerimiento, uno de los dos hombres reaccionó airadamente, enfrentándose al acusado y rompiendo diverso mobiliario existente en el bar, situación que motivó que el acusado cogiese una espada que había detrás de la barra, con la que intentó poner orden y amedrentar al hombre, tratando este de arrebatársela sin conseguirlo.

En un momento dado, y cuando la situación parecía calmarse, el acusado salió de la barra del bar con un cuchillo jamonero de unos 34 centímetros de hoja y de un modo "inopinado y sorpresivo" y sin ninguna posibilidad de defensa por parte de la víctima, y con la clara intención de acabar con su vida, le propinó dos puñaladas al hombre, una en el hemitórax izquierdo y otra en el hemitórax derecho, que llegó a atravesarle el pulmón derecho.

La víctima salió tambaleándose del bar, llegando hasta la calle donde se desplomó en el suelo, falleciendo instantes después, a consecuencia de las heridas causadas, tras ser intentado reanimar sin éxito por los servicios médicos de urgencias.

Tras el apuñalamiento, el acusado salió corriendo del bar, dirigiéndose al domicilio de su prima, en cuyo trayecto y para que no quedara evidencia le cuchillo jamonero, se desprendió del mismo, arrojándolo en la terraza de una vivienda, próxima al lugar de los hechos.

El acusado, en prisión por este causa desde el día 9, fue detenido en el interior de la vivienda de su prima, con la ropa manchada de sangre. Al fallecido, de 25 años de edad, solo le consta como familiar su madre, con la que no convivía.

Contenido patrocinado