Tribunales.- El acusado de quemar viva a su mujer en Puertollano (Ciudad Real) dice no recordar nada de lo ocurrido

Actualizado: martes, 20 noviembre 2007 14:58

CIUDAD REAL, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

Horacio Barcos, de 30 años, acusado de quemar viva a su mujer en Puertollano (Ciudad Real) el 30 de julio de 2005, alegó hoy, en la primera sesión del juicio por la muerte de su esposa, que no recuerda nada de lo ocurrido ese día y añadió que ha empezado a ser consciente de lo que pasó hace muy poco tiempo.

La vista por este caso comenzó hoy en la Audiencia Provincial de Ciudad Real y, en la primera sesión, el fiscal se ratificó en su petición de 29 años de cárcel para el hombre, por los delitos de asesinato, 25 años; maltrato habitual, 3 años; y quebrantamiento de condena por incumplir una orden de alejamiento, 1 año.

El Ministerio Público también solicita 200.000 euros de indemnización para cada uno de los hijos de la pareja, 26.110 euros por las lesiones sufridas y la devolución al Estado de 49.826 euros que le fueron entregados a la víctima, Vanesa Rodríguez, como ayuda provisional por invalidez.

A este petición, que incluye la prohibición de volver a Puertollano en los 35 años siguientes de cumplir la pena, se sumaron la acusación ejercida en nombre del Estado y la acusación ejercida en nombre de la Junta de Comunidades, mientras la acusación particular pedía elevar la indemnización a los hijos a 300.000 euros para cada uno.

Por su parte, el abogado de la defensa calificó lo ocurrido como un delito de homicidio, por lo que pidió 8 años de prisión, rechazando que se hubieran cometido los delitos de quebrantamiento de condena y maltrato habitual.

AUDICIÓN

Al comienzo de la vista oral, se dio a conocer, como prueba preconcebida, una grabación realizada a Vanesa, que falleció el 6 de agosto de 2006 en el Hospital de Getafe (Madrid), tras sufrir varias operaciones y amputaciones, en un momento en que parecía recuperarse. En ella se le pregunta si fue Horacio quien la quemó, si quería divorciarse de él, si quería que vinieran los padres de su marido a verla y si quería que la representara una abogada concreta.

Aunque la audición era dificultosa por los problemas de respiración de Vanesa, que tenía 25 años cuando murió, esta respondió por gestos y afirmativamente a las dos primeras preguntas.

En el interrogatorio, el acusado insistió en varias ocasiones en que no recordaba nada de lo ocurrido, que no tenía constancia en su memoria de si ese 30 de julio de 2005 había esperado a su mujer en la confluencia de las calles Sagunto y Velázquez, de si llevaba una botella con gasolina, de si roció con ella a su mujer y si luego la prendió fuego con una cerilla.

Tampoco de lo que hizo después de ocurrido el suceso, por lo que la fiscalía pidió que se leyeran sus declaraciones ante la Policía, cuando fue detenido el 1 de agosto de 2005 y ante el Juzgado de Instrucción, en las que se constan varias contradicciones, llegando en último caso a reconocer que los hechos de los que se les acusaba podía ser ciertos.

Horacio, que señaló que había intentado quitarse la vida dos veces y que ojalá fuera él el fallecido, relató que aquellos días estaba muy deprimido y que le daba por coger el coche y que por ello pudo ser visto por alguna persona.

Negó también que maltratara a su mujer de forma habitual, pese a que fue denunciado en junio de 2005 por una agresión y se le aplicó una pena de conformidad de 6 meses de prisión y una orden por la que no podía acercarse a Vanesa a menos de 200 metros.

Por otro lado, un testigo presencial, un camionero a la espera de descargar material de construcción, contó cómo habían ocurrido los hechos, cómo Horacio se acercó a Vanesa, cómo la roció con un líquido --el testigo no sabía que era gasolina-- y, luego, cómo la mujer salió ardiendo.