El acusado también denunció a la víctima por interponer una denuncia falsa
TOLEDO, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
Uno de los agentes de la Guardia Civil que testificó hoy en el juicio contra Antonio Manuel V.P., el hombre acusado de un delito de homicidio cometido contra su pareja, J.M.S.E., y madre de sus tres hijos, en julio de 2007 en Fuensalida (Toledo), aseguró que el mismo día de los hechos la fallecida interpuso una denuncia contra su agresor en la que pidió una orden de alejamiento.
En la segunda sesión del juicio con jurado popular que comenzó ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Toledo, el agente señaló que, igualmente, ese mismo día recibió una llamada del acusado para consultarle la posibilidad de interponer una denuncia contra la fallecida por denuncia falsa.
En este sentido, los agentes de la Policía Local de Fuensalida que acudieron la mañana del suceso al domicilio del acusado y la fallecida por una llamada al 112 en la que se alertaba sobre una fuerte discusión, señalaron que una vez que se personaron en el lugar constataron que no existía agresión y que, tanto uno como otro, estaban tranquilos.
Asimismo, explicaron que J.M.S.E. les dijo que quería ir a presentar una denuncia contra el acusado porque le había intentado atropellar el día anterior y que, inmediatamente, éste les dijo que quería interponer otra denuncia contra la fallecida por denuncia falsa.
En este punto, los agentes de la Policía Local acordaron con el acusado que se quedara en su domicilio con los niños mientras que ellos acompañaban a la fallecida a interponer una denuncia en la Guardia Civil, algo a lo que Antonio Manuel V.P accedió. Así, acompañaron a la fallecida a la Guardia Civil y más tarde la llevaron a su casa donde la dejaron sola.
De otro lado, los agentes de la Policía Local de Fuensalida que se encontraban realizando labores de vigilancia para encontrar al acusado por la denuncia que la fallecida había interpuesto el día anterior, recibieron una llamada de una vecina del acusado sobre las 18.00 horas del 31 de julio de 2007 que les instó a acercarse hasta el domicilio porque "un vecino está matando a su mujer".
Según relataron, tardaron tres minutos en llegar al domicilio, donde la víctima ya había fallecido, y una vez que llegó la Guardia Civil se acordonó la zona y ellos se fueron para intentar localizar al acusado, hasta que tuvieron conocimiento de que se había entregado a la Guardia Civil.
INSPECCIÓN OCULAR
Por último, el agente de la Guardia Civil que llevó a cabo la inspección ocular del domicilio, comentó que cuando llegó al lugar de los hechos la víctima estaba tapada con una manta en el patio anterior del domicilio y que había manchas de sangre en el suelo del salón y en el pasillo por arrastramiento.
Igualmente, dijo que incautaron un cuchillo que se encontraba en un sofá, otro debajo de una silla de bebé y otro en la parte derecha del salón. Según el agente, tras la inspección ocular recogieron los cuchillos y también una nota manuscrita en el mueble-bar del salón en la que la acusada narraba lo que había ocurrido ese día.
Finalmente, constató que fotografió 13 heridas por arma blanca en el cuerpo de la acusada, pese a que únicamente pudo fotografiar las heridas visibles, al no poder mover el cadáver debido a que esa labor le correspondía al forense. Así, indicó que las heridas se encontraban en zonas como el cuello, los brazos, o el hombro.
El juicio ha quedado suspendido hasta mañana, a las 10.00 horas, cuando continuará con este último testigo al haber pedido el abogado de la Junta para casos de violencia de género una prueba pericial para que sean exhibidas fotografías de la fallecida en el lugar de los hechos.
Ante esta petición, tanto el Ministerio Fiscal como la abogada de la defensa formularon sendas protestas por entender que no es el momento procesal oportuno, ya que el jurado puede tener acceso a esta prueba en "cualquier momento" de la instrucción.
