VALLADOLID 9 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Valladolid dictó sentencia absolutoria en el caso del joven medinense de 21 años, J.A.R.S, que fue acusado de abusar sexualmente en 2008 de una discapacitada de Medina del Campo, al no poder descartar que el procesado, con una inteligencia límite, fuera incapaz de apreciar la minusvalía de la víctima o la ilicitud de su conducta.
Frente a la pena de cuatro años y once meses de cárcel que había pedido el fiscal, que aplicó al joven una eximente incompleta, y los diez años pedidos por la acusación particular, la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Provincial acordó absolver a J.A.R.S, tal y como había pedido su abogado, a tenor de las contradicciones de la víctima, cuyo testimonio constituía la única prueba de cargo, con lo que no quedó acreditado que ambos llegaran a mantener relaciones sexuales, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
En cualquier caso, y si tal contacto sexual se hubiera llegado a producir, el tribunal apunta que el fallo hubiera sido el mismo tomando como referencia el testimonio aportado por los peritos, quienes durante el juicio consideraron factible que el procesado, con una inteligencia límite, no fuera realmente consciente de la discapacidad de la joven.
En este sentido, y pese a que la víctima, de 26 años, sufre una minusvalía psíquica del 65 por ciento, la prueba pericial subrayó las dificultades existentes para apreciar a simple vista tal discapacidad, dada la integración social de la denunciante y su carácter desenvuelto, hasta el punto de que las psicólogas añadieron que incluso ello podría pasar desapercibido para cualquier persona sin una inteligencia superior a la media o para alguien que no fuera especialista en salud mental.
Por ello, la Sala, tras recordar que el procesado tiene un cociente intelectual de 77--se le considera borderline--, apunta que la propia víctima estaba más integrada socialmente que J.A.R.S. y que éste, dada su limitación, podía no ser consciente de la ilicitud de mantener relaciones sexuales con una discapacitada que no tenía capacidad plena para consentir.
Tanto el fiscal como la abogada que representó los intereses de la víctima y sus padres solicitaron una sentencia condenatoria, en el caso de la acusación particular al considerar que el joven acusado pudo engañar a su patrocinada para que ésta consintiera--se le acusaba de haberla sometido a tocamientos en un bar y de obligarla a practicarle una felación en un descampado de Medina del Campo--y conocía de antemano la minusvalía de ella y se aprovechó de tal circunstancia.
En contra del criterio de las dos acusaciones, la defensa, como así ocurrió finalmente, pidió una sentencia absolutoria debido, como así indicó, a que no se habían podido acreditar los hechos, ya que se contaba únicamente con el testimonio "poco coherente" de la joven, y se escudó también en el hecho que su cliente desconocía la limitación psíquica de ella y tampoco podía ser consciente de lo que esto suponía a los efectos de consentir libremente.
Durante la vista, el ahora absuelto, de 21 años y vecino de Medina del Campo (Valladolid), se declaró inocente, negó que hubiera mantenido relaciones sexuales con la joven, residente en la misma localidad, y aseguró que fue su hermano pequeño el que tuvo sexo con ella. Su hermano, por aquel entonces de 17 años, ya fue juzgado por estos hechos a finales de 2008 y condenado a un año de libertad vigilada.
Sin embargo, la víctima, que declaró protegida por un biombo para que no tuviera que enfrentarse visualmente al acusado, ratificó la denuncia presentada en su momento, según la cual éste mantuvo sexo con ella tras amenazarla con que de lo contrario su novio, de 14 años y condenado a dos años de internamiento, dejaría de verla y rompería la relación que ella, engañada, creía mantener con él.
Siete menores vecinos de Medina del Campo, de entre 14 y 17 años, entre ellos un hermano del imputado, ya fueron juzgados por estos hechos y condenados a distintas medidas de internamiento, libertad vigilada y tareas socioeducativas.