Criadores de caballo losino de Burgos reclaman el apoyo con el que cuentan otras razas en peligro de extinción

Actualizado: domingo, 9 abril 2006 13:16

VALLADOLID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

La zona de las Merindades de Losa se encuentra al norte de la provincia de Burgos y en ella habita cerca de la mitad de los ejemplares existentes de caballo de raza losina, animales en peligro de extinción para los que la asociación de criadores pide un apoyo similar al que reciben especies amenazadas.

En total, son menos de cuatrocientos caballos losinos los que quedan de la única raza equina autóctona de Castilla y León, cuyo origen se remonta a tiempos inmemoriales, repartidos entre la comarca citada y la localidad de Pancorbo, pero su futuro es incierto y los criadores temen que, de no unirse ningún socio más al proyecto, la raza termine por desaparecer.

"Es nuestra raza, una raza autóctona más, como un lince ibérico. Es un lince ibérico que no tiene el apoyo de este tipo de animal", explicó en declaraciones a Europa Press Televisión el presidente de la asociación de criadores de Quincoces de Yuso, Fernando Oña.

"El esplendor" de esta raza se dio a principios del siglo XX, pero a partir de los años 30 empezó a decaer y se empezó a cruzar con ejemplares bretones para obtener animales con más carne, el único futuro que había entonces para esos animales, pero esta medida no pareció resultar.

La recuperación de esta raza, que proviene del tronco celta, como el asturcón o el poni vasco, llegó en 1984 a raíz de la feria de ganado de Criales (Burgos) y de la creación de dos asociaciones, una en Pancorbo en 1985 y otra en el Valle de Losa hace quince años.

Mientras que los 200 ejemplares de Pancorbo se encuentran abandonados por su propietario, en Quincoces de Yuso están al tanto de otros 180 ejemplares a los que cada año se les viene uniendo una treinta de nacidos.

"Se trata de un animal pequeño de 1,40 de altura, negro, con la cabeza muy proporcionado, orejas pequeñas y finas, y patas finas que se adaptan muy a la superficie irregular. En potros, sobre todo, la cabeza tiene forma de ese prolongada. Es muy bronco y muy duro en el monte, pero se adapta muy bien", resaltó Oña.

Las dificultades para su explotación, aparte de la dispersión y los ataques de lobos que causaron el año pasado la muerte de una decena de ejemplares, radican en su pequeño tamaño, lo que supone poca carne para el sector alimentario. La venta de este animal se reduce a dos destinos: "el turismo de casas rurales y la equitación infantil y juvenil".

Otra posible salida que platean los criadores de caballo losino es que algún picadero existente o algún emprendedor los utilice para las terapias dirigidas a personas autistas. Añaden que el mercado extranjero, concretamente el alemán, está interesados en este tipo de ejemplares, pero los contactos "van despacio". Asimismo, empresarios de Asturias, Cataluña y Valladolid, entre otras zonas de la geografía española, se han interesado en adquirir algunos de estos caballos burgaleses.

Por otro lado, la promoción de estos animales autóctonos burgaleses se realiza a través de la citada feria de Criales dedicada también al caballo bretón, a finales de agosto, y otra anual en Quincoces de Yuso, específica del losino.

SOPORTAR DUROS INVIERNOS

En los meses de invierno, estos caballos presentan un pelo rojizo que surge para protegerse del frío, de temperaturas de 18 y 20 grados bajo cero, que resisten con poca comida. "Cuando llega mayo o junio, no se parecen en nada, su pelo es más fino y presentan un color negro más brillante", subrayó el criador.

Esto le supone facilidades de adaptación para cualquier zona que mejoran, lógicamente, cuanta más comida tengan a su disposición, algo limitado en las Merindades de Losa debido a la nieve, con capas de medio metro, presentes durante casi todo el invierno. "Otros animales no aguantarían sin comida y con estas temperaturas. Con su poco peso, a poco que coman se mantienen", añadió.

PROBLEMAS CON LOS AGRICULTORES

A las dificultades para conservar la raza se suma el abandono de cientos de ejemplares por parte del citado criador de Pancorbo, lo que provocó que los animales sueltos hayan invadido cultivos y tierras y que diversos ejemplares hayan sido abatidos ante la falta de soluciones.

Considera que el futuro de este proyecto es "complicado. Esperamos algún acuerdo con Diputación de Burgos o el Ayuntamiento, disponer de ocho o nueve animales para albergues juveniles, pero se lleva hablando de esto tres años", remarcó Oña.

"Si no viene ningún socio más, la raza desaparecerá", añadió este criador, sin precisar una fecha, al tiempo que no pierde la esperanza en que nuevos ganaderos acudan en su ayuda. Afirma que preferirían que fuera alguien de la provincia, pero que no habría ningún problema en que empresarios de fuera llegaran a las Merindades para colaborar en la conservación de la raza losina.