VALLADOLID 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
El próximp domingo dia 19 se clausura en la Sala Municipal de la Casa Revilla de Valladolid la exposición 'El descreído imaginario', una muestra homenaje al humorista Chumy Chúmez. La muestra ha sido organizada por el Programa de Humor Gráfico de la Fundación General de la Universidad de Alcalá, y ha sido comisariada por Felipe Hernández Cava y presenta un amplio resumen de su vida profesional.
Decía Chumy Chúmez que era un "producto de mi tiempo, de mi familia, de mi herencia biológica, de mis sumisiones, de mi raza, de mi patria y de mi etcétera para lo que usted guste". Cuando falleció Chumy, Felipe Hernández Cava escribió que suponía la desaparición de "el Picasso del humor español".
A Picasso y a Chumy les une, en primer lugar, el componente marcadamente autobiográfico que tienen sus obras, más allá de diferencias anecdóticas vitales.
José María González Castrillo, Chumy Chúmez, nació en un barrio humilde de San Sebastián, conocido como Las Casas Viejas, un 8 de mayo de 1927. Su padre, un carpintero de origen abulense, se llamaba José. Y su madre, vallisoletana, era costurera y se llamaba María.
Amaba su ciudad natal, pero desde pequeño, los nacionalistas vascos le hicieron sentir que no era uno de ellos, y por esa razón acabó ajustando cuentas con ellos en un libro de memorias póstumo: "Vida de maqueto". Chumy, como su admirado Baroja, se consideró siempre "español y castellanista". Aunque su visión de España distaba mucho de ser idílica.
Estudió comercio, y llegó a conseguir un puesto como funcionario en el Instituto Nacional de Previsión, pero su auténtica votación era la de pintor. Desde muy joven, participó en exposiciones colectivas en San Sebastián y ganó algunos premios, antes de trasladarse a Madrid para hacer realidad su sueño.
En 1949, por indicación de su gran amigo el dibujante Munoa, envió unos dibujos a "La Codorniz". Álvaro de Laiglesia creyó en su talento y le aceptó como uno de los colaboradores habituales de la revista. Cobró 40 pesetas por su primer dibujo.
Tras firmar como Chumy, o como Pobre Chumy Chujov, adoptó el seudónimo de Chumy Chúmez (Chumy, como diminutivo cariñoso de José Mari, y Chúmez, por influencia de unos compañeros vascos en las milicias universitarias que le exigieron la presencia de ese sufijo para parodiar a los impuros castellanos) y empezó a incluir un sol en sus viñetas.
Entre sus hitos profesionales hay que considerar sus chistes en el diario "Madrid" (desde 1966 hasta 1971, en que el diario se cierra por orden gubernativa), sus colaboraciones en "Triunfo", o la creación de "Hermano Lobo" en 1972, que llegó a vender 160.000 ejemplares semanales. Amén de humorista, fue escritor (novelas y ensayos), cineasta (documentales y largometrajes de ficción) y tertuliano (en radio y televisión). Murió en Madrid el 10 de abril de 2003.