VALLADOLID 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
El secretario autonómico de la Federación Española de Religiosos de Enseñanza en Centros Católicos, Antonio Guerra, abogó hoy por un cambio en la normativa de derechos y deberes de los alumnos para recuperar de alguna manera la función de autoridad dentro de la propia escuela.
De este modo se pronunció Guerra a presuntas hoy de los periodistas sobre la propuesta realizada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, para sacar adelante una 'Ley de Autoridad del Profesor'.
Tras aclarar que una regulación normativa en este sentido sólo afecta legalmente a los funcionarios públicos que dependen contractualmente de la Administración y no a los profesores de los centros concertados, como los que representan las Escuelas Católicas, Guerra sí reconoció la necesidad de regular este asunto de alguna manera para recuperar normativas que permitan a los profesores y a los equipos directivos de los centros tomar medidas sancionadoras de una forma más rápida cuando se produzca alguna actuación fuera de lo normal por parte de los alumnos.
Dicho esto, se mostró partidario de que esta decisión se tome a nivel nacional por considerar que es una mejor solución global a pequeñas propuestas a nivel autonómico, por lo que instó al Ministerio de Educación a "mover ficha" como, según reconoció, "está intentando hacer".
Para Antonio Guerra se trata de un problema social y cultural ante el que es necesario recuperar todos los elementos de autoridad y de respeto, ya que, según lamentó, se ha llegado a "dar alas" a los alumnos y a las propias familias en todo lo relacionado con sus derechos sin tener en cuenta también sus deberes y sus obligaciones, ante lo que insistió en la necesidad de recuperar esa normativa de derechos y deberes.
A su juicio, si un alumno ve de manera continua que cuando realiza actuaciones de algún tipo tienen consecuencias "es muy difícil que pueda haber casos que se salgan de lo normal", si bien reconoció que siempre puede haber excepciones.
Guerra, que destacó la necesaria intervención de las familias de los alumnos en los centros, cuestionó que esta intervención se realice sólo cuando la nota o la decisión que se ha tomado sobre el comportamiento del niño no le satisface. En este punto, abogó de nuevo por funcionar de otra manera potenciando la figura del profesor y formando y educando a los alumnos de otra manera.
"Yo creo que los alumnos de hoy están más que informados y tienen más que conocimientos para saber cómo hay que hacer las cosas a todos los niveles. Lo que falta es crear hábitos en los alumnos que sólo se crean con una presencia continua de un adulto que de alguna manera ejemplariza el tipo de actuación que hay que hacer", manifestó Guerra, que reivindicó en este punto el importante papel que juega la familia para controlar y poner límites a sus hijos para una posterior complementación por parte de los profesores.
El representante de las Escuelas Católicas de Castilla y León apostó por último por un cambio de cultura general en España desde el convencimiento de que en las escuelas y en la sociedad se ha olvidado todo lo que es educación, "que significa respeto y respeto al otro", sentenció.
El secretario autonómico de la Federación Española de Religiosos de Enseñanza en Centros Católicos aprovechó la ocasión para defender la normalidad en la realidad de los centros castellanoleoneses en lo que tiene que ver con la conflictividad de los alumnos o de las familias.