Los "inusuales" vecinos de la Fuente de la Fama de Valladolid: una familia de águilas calzadas

El alcalde de la ciudad asiste junto a Proyecto Pennatus al anillamiento de los pequeños, dos hembras y un macho

El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, junto al miembro del proyecto Pennatus Ignacio García Dios, que sostiene uno de los pollos anillados de águila calzada, y el hijo de éste.
El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, junto al miembro del proyecto Pennatus Ignacio García Dios, que sostiene uno de los pollos anillados de águila calzada, y el hijo de éste. - EUROPA PRESS
Europa Press Castilla y León
Publicado: miércoles, 2 julio 2025 12:57

   VALLADOLID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

   La 'plaza' de la Fuente de la Fama del Campo Grande de Valladolid es escenario de un hecho "insólito" en lo relativo a las aves rapaces, ya que una pareja de águilas calzadas ('hieraaetus pennatus') instalaron hace unos años su nido de la época estival en las ramas superiores de un pinsapo de gran tamaño y este año han criado por segundo verano consecutivo, algo inusual en esta especie, al igual que el número de crías que en esta ocasión es de tres cuando la calzada suele sacar adelante uno o dos pollos.

   El alcalde, Jesús Julio Carnero, ha visitado este miércoles los trabajos de anillamiento, marcaje y monitorización que lleva a cabo el Proyecto Pennatus --que investiga esta especie-- junto a la Fuente de la Fama del Campo Grande.

   Como ha explicado el alcalde, esta presencia de las águilas calzadas en el céntrico parque vallisoletano es "un hecho inusual, inédito, y que debe ser protegido y puesto en valor dentro de la ciudad de Valladolid puesto que es extremadamente difícil que una pareja de águila calzada construya su nido dentro del casco urbano, y menos en un jardín alejado del bosque de ribera como el resto de las parejas que conocemos en la ciudad".

   Eso sí, el responsable del proyecto, Ignacio García Dios, ha matizado que cada vez es más habitual ver rapaces en los cascos urbanos ya que los sienten como entornos más seguros, con menos hostilidad por parte de los humanos y un mayor acceso a presas como aves (paloma, vencejo...) o pequeños mamíferos (gazapos, ratones, ardillas...).

   El investigador ha destacado, por otro lado, "la naturalidad con la que han ido reconstruyendo el nido desde el mes abril, en presencia de visitantes, observadores, trabajadores del parque, etc., así como afrontar un periodo de incubación de 39 días, eclosión y crianza de los pollos, es digno de estudio, ya que nos va a permitir conocer la adaptación de una especie de águila del Paleártico a un ambiente tan humanizado".

   La realización de estos trabajos viene a complementar el proyecto Caminos de Biodiversidad Urbana, que se está realizando desde el Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Valladolid, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea - NextGenerationEU.

   Jesús Julio Carnero ha incidido en que estos trabajos son la "expresión" de "lo que es el Campo Grande" como un "lugar lleno de biodiversidad", al tiempo que ha reivindicado que también es, a su juicio, una muestra de la buena calidad ambiental en la ciudad. "Si el águila calzada entendiera que las condiciones medioambientales de Valladolid no fueran correctas, aquí no iba a estar", ha enfatizado.

   El águila calzada es una especie de mediano tamaño --puede alcanzar algo más de un kilo de peso en las hembras y una envergadura de 1,20 metros--, migratoria transahariana, ya que suele pasar los periodos estivales en el sur de Europa y los inviernos en el Sahel o incluso en África subsahariana.

   Suelen llegar a la península a mediados de marzo y permanecen hasta finales de septiembre o principios de octubre, momento en el cual emprenden la migración hacia el sur.

   En el caso de esta pareja los especialistas entienden que comenzaron a anidar en Valladolid durante los años de la pandemia y en 2024 criaron por primera vez una nidada de dos hembras. El proyecto Pennatus ya las pudo monitorizar y las dos emprendieron la migración en septiembre, una fue a Burkina Faso y la otra a Nigeria.

   De ellas sólo una, la que se desplazó en invierno a Burkina Faso, ha regresado a la Península y como ha precisado García Dios "se mueve entre Madrid y Valladolid" --con un año, todavía es muy inmadura para criar ya que se estima que no lo hacen hasta el quinto año de calendario--. A su hermana se la perdió la pista cuando comenzó la migración hacia el norte, por lo que se estima que falleció.

   Cabe apuntar que la zona del Sahel es implica mayores dificultades de superviviencia para esta especie, ya que allí se le puede cazar "con total impunidad".

   En cualquier caso, se trata de una especie protegida a nivel internacional, así como a nivel estatal a través de la Ley de Patrimonio Natural, al igual que en Castilla y León. Está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) y en la última revisión que se ha hecho para el MITECO, se ha propuesto el cambio de categoría a 'Casi Amenazada'.

   También se ha destacado que esta especie de rapaz tiene escaso apego familiar, ya que ni siquiera los progenitores hacen la migración juntos sino que cada miembro de la pareja y cada una de las crías se desplaza a un punto del continente africano. Para la época de cría, ha matizado García Dios, sí que son "fieles tanto al territorio como a la pareja".

   De esta manera, si la próxima primavera "regresan vivas las dos" lo harán al mismo nido y se relacionarán de nuevo como pareja.

TRABAJOS DE MONITORIZACIÓN

   Los trabajos de monitorización y estudio consisten en la colocación de emisores GPS/GSM con un peso de apenas 20 gramos con una pequeña placa solar, para poder conocer posteriormente a su vuelo desde el nido aspectos sobre su ecología espacial, aspectos inéditos en cuanto a su biología reproductiva y sus problemas de conservación, tanto a nivel estatal como en migración y zonas de invernada.

   Esta acción se lleva a cabo cuando los pollos tienen en torno a 35 días de vida, cuando ya han comenzado a desarrollar el plumaje de adulto pero todavía no vuelan --todavía les faltan entre 10 o 15 días para comenzar a saltar entre ramas--.

   Un miembro del equipo de Pennatus ha trepado hasta lo alto del árbol, cuando la madre ha abandonado el nido para cazar, para recoger a los tres aguiluchos, introducirlos en una mochila de transporte y descenderlos. En tierra, los especialistas han iniciado el proceso uno por uno, comenzando con una hembra.

   Durante la colocación de dichos emisores, se les cubre la cabeza con una caperuza adaptada para asegurar su tranquilidad, en un proceso que dura poco más de 10 minutos por cada uno, en el que ha participado el alcalde. Una vez instalados, se devuelven al nido "con máxima delicadeza mediante" en la misma mochila.

   Además, para completar el monitoreo de las águilas se ha instalado en el nido una cámara de fototrampeo Browning Defender WIFI dotada con una placa fotovoltaica, en la que el Proyecto Pennatus puede observar y obtener datos relativos a aspectos "tan desconocidos como las cópulas, puesta de los huevos, eclosión, patrón de muda, edad, actividad nocturna, etc".

   La puesta en marcha de la propuesta de marcaje de ejemplares de águila calzada dentro del Campo Grande conlleva, según el Ayuntamiento, "una serie de beneficios directos e indirectos tanto de carácter medioambiental, turístico, laboral" de entre los cuales el alcalde ha destacado el hecho de que el águila calzada, al ser depredador de aves y pequeños mamíferos, ayuda a controlar plagas posibles como las de paloma, rata gris, conejo o topillo campesino.

   También se abre la opción de crear una ruta ornitológica para observar estas aves en el Campo Grande e informar sobre ella en paneles.

Últimas noticias sobre estos temas

Contenido patrocinado