VALLADOLID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un total de 9.650 panaderías de Castilla y León promociona los beneficios de la dieta mediterránea que recomienda un consumo diario de entre 220 y 250 gramos de pan repartidos en las diferentes comidas para una dieta sana y equilibrada.
Se trata de una iniciativa desarrollada por la Fundación Dieta Mediterránea en su objetivo de recuperar el consumo de pan por ser un alimento "no sólo diario sino que debe incluirse en cada comida porque forma parte de la base de la alimentación, es saludable y nutritivo, no engorda y forma parte de nuestra historia, tradición y cultura gastronómica".
Para el presidente de la Fundación Dieta Mediterránea, Lluís Serra, los españoles nos estamos alejando de los patrones de consumo más saludables, "en los que el pan es un pilar básico". Precisamente, ha recordado, la base de la Dieta Mediterránea está destinada a aquellos alimentos de origen vegetal aportan nutrientes clave y agentes protectores, al mismo tiempo que permiten realizar una dieta baja en calorías, fácil y accesible.
Según ha defendido, la variedad de nutrientes en forma de hidratos de carbono, proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales, hacen del pan un alimento que debe formar parte de toda alimentación saludable.
Lluís Serra ha lamentado que a pesar de estos datos el pan ha sido acompañado de la "inmerecida fama" de que engorda por lo que ha sido desterrado "de manera injustificada" en dietas de adelgazamiento. En este sentido, ha informado de que un estudio elaborado en 2011 por la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital Universitario de la Paz no observó diferencias en la evolución del peso corporal entre las mujeres que hicieron una dieta con pan y las que la hicieron sin pan.
"De hecho, el consumo de pan facilitaba la adherencia al tratamiento por lo que no se justifica su exclusión en dietas hipocalóricas", ha indicado el presidente de la Fundación Dieta Mediterránea que ha recordado que se trata de una opinión compartida por el los doctores Lluis Serra Majem e Inmaculada Bautista Castaño, del Grupo de Investigación en Nutrición de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, tras una revisión bibliográfica de los estudios científicos publicados en los últimos 30 años.
Según sus conclusiones, "no existe ningún fundamento científico para excluir o reducir el pan de la alimentación habitual, ni en personas delgadas ni en aquellas que sufren sobrepeso u obesidad".
La Fundación Dieta Mediterránea aporta un último estudio dirigido por la doctora Rosa M. Ortega, catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, que puso de manifiesto que el consumo de pan en niños tiene efectos "mucho más positivos" de lo que generalmente se piensa.
Así, tras analizar a 500 escolares españoles se demostró que los niños que consumen más pan presentan un menor porcentaje de sobrepeso y obesidad, una ingesta más adecuada de nutrientes y tienen dietas más equilibradas y registran mejores indicadores de riesgo cardiovascular que los que comen menos pan.
Las mismas fuentes han señalado que organizaciones internacionales, instituciones y profesionales de la salud recomiendan que alrededor de la mitad del total de calorías ingeridas por una persona al día provengan de los hidratos de carbono presentes en alimentos como el pan. Para poder alcanzar esa recomendación, es necesario consumir pan a lo largo del día.
"El desayuno con tostadas, los bocadillos de media mañana, la merienda y el pan como acompañamiento de las comidas y las cenas ayudarán a alcanzar el porcentaje ideal", ha explicado Lluís Serra.
Según han recordado desde la Fundación Dieta Mediterránea, griegos y romanos sentaron los inicios de lo que se conoce hoy como Dieta Mediterránea con la trilogía pan, aceite y vino. Más tarde las relaciones con pueblos germanos y árabes y el descubrimiento de América marcaron las bases de la Dieta Mediterránea actual, "una dieta declarada Patrimonio Cultura Inmaterial de la Humanidad por la Unesco hace apenas un año".
