Maymon y Granit abren el debate sobre la eutanasia en la comedia negra 'Mita Tova', recibida con aplausos

Sharon Maymon (izq) y Tal Granit han presentado 'Mita Tova' en Seminci
EUROPA PRESS
Europa Press Castilla y León
Actualizado: jueves, 2 julio 2015 1:30

VALLADOLID 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los directores israelíes Sharon Maymor y Mita Tova han acercado hasta la 59 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) el debate sobre la eutanasia a través de su largometraje 'Mita Tova' ('La Fiesta de Despedida'), recibida con aplausos por el público del festival.

Conocedores de que su obra, con un tono bien distinto, aborda similar tema al que acudió Michael Haneke en 'Amour', pese a que comenzaran hace ya cinco años con el guión, los jóvenes directores israelíes decidieron combinar drama y humor en esta cinta, fieles a su estilo, y comenzaron por buscar la mayor parte del tono de la cinta en la propia escritura del guión.

"Generalmente nos fijamos en un tema de carácter social e introducimos el sentido del humor", han explicado antes de precisar que, no obstante, en el caso de 'Mita Tova' la comicidad era elemento imprescindible dado que el actor principal es un afamado cómico a quien rodearon de otros intérpretes "muy divertidos" a quienes colocaron en una clave dramática.

'Mita Tova' es, a su juicio, "una historia muy dura" en la que se mantiene el sentido del humor. -"funciona muy bien (*) No sólo la muerte es dura, la vida también y algunas veces la mejor forma de abordarla es a través del humor"_y que tuvo su origen en la vivencia de Maymon con la abuela de su expareja, enferma de cáncer y a la que los médicos reanimaron en pleno proceso de agonía.

"Pensamos que era una historia de amor, de superación, de amistad", han defendido en relación a la trama, protagonizada por Yehezkel, un hombre de 75 años que vive con su esposa en una residencia de ancianos de Jerusalén y que, acompañado de un amigo veterinario y su pareja, un expolicía casado que oculta su homosexualidad, deciden ayudar a su amigo Max, en fase terminal y en un estado de sufrimiento tremendo.

Es su mujer, Yana, quien les pide ayuda y tras muchas vueltas sobre cómo llevar a cabo la eutanasia para no ser descubiertos y tener que responder a ello ante la ley, Yehezkel decide inventar una máquina que, a través de un botón, permita al enfermo autosuministrarse un anestésico, en primer lugar, y un veneno a continuación.

Muerto Max llegan nuevas peticiones por parte de otros ancianos cuyas parejas o familiares atraviesan por la misma situación y, aunque el grupo no tiene intención de dedicarse a ello, decide ayudar a una mujer a acabar con su vida a petición de su esposo, que les amenaza con denunciarles si no atienden su súplica; sin conocerlo el anciano, comienzan a cobrar por la práctica, lo que le hace enfurecer cuando se entera.

Son ya dos las eutanasias que el grupo practica pero, tras la de Max, ya al margen de Yehezkel, quien tiene que dedicarse en cuerpo y alma a atender a su esposa, que padece una demencia y cuya visión sobre la eutanasia dará un vuelco con el agravamiento de su enfermedad: primero era él quien consideraba imprescindible brindar una muerte digna a quien así lo quería y ella lo rechazaba y finalmente es ella quien lo desea para sí misma, voluntad que Yehezkel se niega a aceptar.

MUCHOS TESTIMONIOS

La introducción del elemento humorístico, que incluso arranca la carcajada de los espectadores, no ha sido criticado hasta el momento -la cinta se estrenó hace dos semanas en Israel-- y la gente tras las proyecciones les ha confesado haber llorado y reído por el tratamiento que le han dado a un tema tan duro.

El publico "está llenando las salas" pese a lo controvertido del tema en un país de la tradición religiosa de Israel -el protagonista acudió al rabino para saber si debía aceptar el papel en una historia con ese contenido--, en el que los directores dudan que la ley ampare pronto la práctica de la eutanasia pese a que responde a un deseo real. "Mucha gente nos escribe y nos cuenta situaciones personales vividas con familiares con los que viajaron a Suiza o que incluso en Israel se han manejado de una u otra manera, en la sombra, durante los últimos días de enfermedad".

Durante la fase de documentación, además, se reunieron con médicos que trabajaban con la situación y, entre todos ellos, conocieron a uno que práctico con autorización judicial una eutanasia activa, lo que no le evitó ni insomnio ni nerviosismo en la que, confesó, había sido "una de las situaciones más difíciles de su vida", ha recordado Granit.

La homosexualidad es otro de los temas que introduce la historia de mano del veterinario que aporta el veneno y el expolicía que colabora con ellos, aunque el asunto se aborda también con gran sentido del humor: el primero llega incluso a barajar la posibilidad de contárselo a su madre. "Añade un toque de humor con la expectativa de que, quizá al final, esa salida del armario se produzca".

EL REPARTO

Dado que no se plantearon la historia como una comedia -"todo es muy serio pero la situación que se genera es graciosa"--, los cineastas se dieron cuenta de que en el set trabajaban con actores cómicos en un contexto dramático, lo que les permitió encontrar el equilibrio e incluso la naturalidad: tras 60 años en la industria, los intérpretes abordaron sin miedo una escena "solidaria" de desnudo y decidieron no cubrirse ni desde media hora antes del rodaje ni tras el "corten".

"Son mayores pero como niños en el set de rodaje", han explicado antes de reconocerse "muy precisos" con lo que hacían con el fin de extraer de los actores lo que deseaban, lejos de improvisaciones. "Fue todo muy nítido, muy calculado".

Deseosos de marcharse de Valladolid con algún premio y con la vista puesta en su próximo largometraje, otra comedia negra pero ambientada en el Instituto con el fin de "homenajear" a las películas sobre jóvenes de los 80", los cineastas ya tienen cifras de taquillas en Israel "muy prometedoras" gracias a su historia, por lo que recientemente decidieron rendir tributo a su elenco de actores posando desnudos para una entrevista en uno de los principales periódicos de su país* sólo que su imagen, al contrario que la de sus ancianos, no fue seleccionada.

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