El 'okupa' de los martillazos a otro dice no recordar nada a causa del 'karkubi'

El 'okupa' que dio cuatro martillazos a otro en la cabeza dice no recordar nada a causa del consumo de 'karkubi'. El acusado, a la derecha, acompañado por un intérprete.
El 'okupa' que dio cuatro martillazos a otro en la cabeza dice no recordar nada a causa del consumo de 'karkubi'. El acusado, a la derecha, acompañado por un intérprete. - EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 26 septiembre 2024 13:22

La fiscal del caso ha mantenido para el encausado una pena global de nueve años de cárcel, ocho de ellos por tentativa de asesinato

VALLADOLID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -

El 'okupa' de origen marroquí acusado de tratar de asesinar a otro compatriota de cuatro martillazos en la cabeza el pasado mes de marzo en Valladolid, concretamente en un edificio en ruinas sito en el Páramo de San Isidro, ha alegado no recordar nada de lo ocurrido al encontrarse aquel día afectado por la ingesta de 'karkubi' o la 'droga de los pobres', como así también se denomina a esa mezcla originaria de Marruecos.

El encausado, sin embargo, se expone a una condena global de nueve años de prisión, ocho de ellos por tentativa de asesinato y uno por amenazas, junto al pago de una multa de 360 euros por un delito de lesiones leves, según la petición de la fiscal del caso que ésta ha elevado a definitiva y que incluye, en concepto de responsabilidad civil, una indemnización de 6.105 euros para el principal lesionado y otros 200 euros para la segunda de las víctimas.

En su interrogatorio, durante el juicio que ha quedado visto para sentencia este jueves en la Audiencia de Valladolid, R.A. apenas ha podido recordar mucho de los hechos registrados inicialmente la madrugada del 9 de marzo, cuando agarró por el cuello a uno de los moradores del inmueble fruto de una disputa por drogas, ni tampoco del incendio posterior en otra planta del edificio que, según los testigos, provocó de forma intencionada.

Igual amnesia ha esgrimido a la hora de referirse al episodio más grave ocurrido sobre las 16.20 horas del día siguiente al regresar al piso ocupado por las dos víctimas y un tercer inquilino cuando los tres se encontraban comiendo alrededor de un hornillo. Se situó a la espalda de uno de ellos y, sin mediar palabra, arremetió en la cabeza a la víctima de forma sorpresiva con un martillo que llevaba oculto entre sus ropas.

"No me acuerdo de nada, pero es imposible, sería incapaz", ha insistido R.A, quien, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha mantenido que se encontraba muy drogado al haber tomado 'karkubi'--es una mezcla de hachís y un medicamento llamado Rivotril--y cocaína.

DESERTOR EN MARRUECOS

El acusado, además, ha negado haber amenazado ese día con matar a alguien con el único fin de evitar su deportación a Marruecos, donde está reclamado tras haber huido para no tener que realizar el servicio militar obligatorio.

En ausencia de dos de los testigos de los hechos, que están ilocalizables y cuyas declaraciones en sede judicial han sido reproducidas en vídeo, el joven que recibió los martillazos ha identificado al acusado, sin ningún género de dudas, como quien esa tarde, mientras se disponía a comer con el resto ante un infiernillo, le agredió brutalmente por la espalda.

"Me disponía a comer el primer cacho de pan y fue entonces cuando sentí que había caído algo sobre mi cabeza, ¡y así hasta más de cuatro veces!", ha asegurado la víctima, quien quedó semiinconsciente mientras uno de sus compañeros de piso logró desarmar al agresor para que no siquiera golpeándole.

El receptor de los martillazos ha explicado que el acusado pretendía vivir con ellos en el mismo inmueble pero éstos se habían negado en rotundo debido a su condición de problemático. "No confiábamos en él, tenía constantes cambios de humor y algún problema en la cabeza", ha añadido la víctima.

Por su parte, los policías nacionales que acudieron al escenario de los hechos han relatado que fueron comisionados al inmueble tras recibir el aviso de una reyerta. Una vez allí, se toparon con el acusado cuando salía del edificio, le interceptaron y, una vez dentro, localizaron a la víctima tendida en el suelo sangrando profusamente de la cabeza y también hallaron un martillo en el suelo con restos de cuero cabelludo y sangre.

"Los testigos señalaron al detenido como el autor y explicaron que era un hombre que causaba muchos problemas. De hecho, aseguraron que el día anterior había ocasionado un incendio en el edificio y que desde hacía días amenazaba con matar a alguien con tal de no ser devuelto a su país, donde, al parecer, había desertado del Ejército marroquí", han recordado los agentes.

Los peritos forenses, en cuanto a las heridas sufridas por el principal lesionado, han coincidido al afirmar que la víctima presentaba cuatro heridas incisocontusas en el cuero cabelludo y una subluxación en las primeras vértebras cervicales. Pese a calificar de graves las lesiones, los tres expertos forenses han rechazado que las mismas tuvieran una entidad tal como para ocasionar la muerte.

Pese a ello, la acusación pública ha mantenido su calificación frente a la solicitud absolutoria de la defensa, que, con carácter principal, esgrime como eximente completa la elevada ingesta de droga de su patrocinado que le hizo perder la cabeza el día de autos.

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