Los restos de 7 personas encontrados en los sepulcros de San Esteban de Cuéllar vuelven a su lugar tras su estudio

Actualizado: miércoles, 22 octubre 2008 13:19

Se trata de cinco adultos y dos niños hallados en cuatro sepulcros y algunos están momificados parcialmente de forma natural

SEGOVIA, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, que integran las seis cajas de ahorro y la Junta, continúa el estudio de los restos aparecidos en los sepulcros de la iglesia de San Esteban de Cuéllar (Segovia), que ya se encuentran de nuevo en su lugar, después de la toma de muestras y estudio.

Se trata siete individuos, cinco adultos y dos niños, hallados en los cuatro sepulcros y aunque de dos de los adultos queda el esqueleto los otros cinco están momificados parcialmente de forma natural.

Los investigadores no han detectado procedimientos artificiales de momificación aunque la presencia de cal y las condiciones de los enterramientos se entienden como responsables del fenómeno, según un comunicado de la Fundación del Patrimonio recogido por Europa Press. Las momias corresponden a tres adultos de diferentes edades y dos bebés. Son dos hombres y una mujer, la más anciana del conjunto, y dos niños que no parecen llegar alcanzar los seis meses de edad. El hombre que ocupa el sepulcro de Alfonso García de León, la mujer y los dos niños estaban amortajados con un sudario de lino blanco ceñido al cuerpo con varias ataduras.

HÁBITO FRANCISCANO

El sepulcro de Martín López de Córdoba estaba ocupado por dos niños y otro hombre con hábito franciscano, con un cíngulo de cuerda.

Se trata de una vestidura característica en los enterramientos del siglo XVI, que no indica pertenencia a orden religiosa, dado que muchos seglares se hacían enterrar con hábito como señal de pobreza en el momento del tránsito. En todos los que vestían sudario se han encontrado abundantes restos de cal.

El grado de momificación varía entre los cuerpos y en diferentes zonas de ellos y en general, es más apreciable en el rostro y la parte superior del tronco y menos en las extremidades inferiores, salvo en el caso de Alfonso García de León que conserva los pies en perfecto estado. El varón con hábito conserva también restos de cabello y barba.

La presencia de varios cuerpos en alguno de los sepulcros es signo de intervenciones y remociones en el pasado y plantea dudas sobre la identidad de los ocupantes actuales y su relación con los titulares originales, aunque los investigadores creen que si no son los propios son seguramente familiares cercanos.

Por ejemplo, el sepulcro de Urraca García de Tapia no contiene sus restos sino los de dos hombres. Los estudios y el análisis del ADN darán pistas sobre las relaciones familiares y revelará el sexo de los niños que no puede deducirse de su examen físico.

Los cuerpos momificados, tras una inspección externa y toma de datos antropológicos, se han estudiado mediante TAC (Tomografía Axial Computerizada) helicoidal, que permite una reconstrucción tridimensional. También se han tomado muestras de larvas de insectos y de los tejidos para estudio qué patologías pudieron tener, determinar el ADN y hacer una microscopía electrónica de barrido, que permite detectar hongos y parásitos.

Hasta ahora, además de conocer el sexo y la edad de los cuerpos se han podido observar algunas patologías óseas habituales en las poblaciones históricas como artrosis, escoliosis o pérdidas dentarias. Algunas son más significativas, como la presencia de una lesión en el cráneo del individuo con hábito, que puede indicar que padeció sífilis o tuberculosis.

En la mujer, los investigadores han encontrado algunos huesos más delgados de lo habitual en el cráneo, que es una característica anatómica hereditaria pero no una enfermedad.

POCOS OBJETOS ENCONTRADOS

En las sepulturas se han encontrado pocos objetos mientras que uno de los enterrados portaba un pequeño colgante de vidrio, otro, unos chapines de cuero y se han localizado también algunos alfileres de bronce que debían de estar en la ropa.

Los cuerpos hallados, cinco momias y dos esqueletos, han sido examinados por un equipo de investigadores formado por tres profesores de anatomía, dos biólogas, una restauradora anatómica, un patólogo, una radióloga y un profesor de Medicina Legal, de las universidades de Valladolid y Complutense de Madrid y del Hospital Clínico Universitario de Valladolid.

El equipo de estudio lo integran también los arqueólogos responsables de la intervención y del examen histórico e interpretativo de los enterramientos.

La Fundación del Patrimonio Histórico está abordando una restauración de los cuatro sepulcros del presbiterio y otros bienes muebles de la iglesia de San Esteban de Cuéllar, entre los que se incluyen los revestimientos murales de la capilla del Evangelio, las hornacinas de los retablos del Descendimiento y del Crucificado y del archivo, el retablo del Crucificado y el de la Virgen, que está en la nave de la Epístola.

Los cuatro sepulcros, insertos en los muros y distribuidos en pares a los dos lados de la capilla mayor de la iglesia de San Esteban, están decorados con yeserías de clara raigambre mudéjar. Sus titulares, según rezan las inscripciones, vivieron en los siglos XV y XVI: Alfonso García de León y su esposa Urraca García de Tapia, en el lado del Evangelio, y Martín López de Córdoba Hinestrosa y su esposa Isabel de Zuazo, en el lado de la Epístola.

La restauración, trabajos arqueológicos e investigación de estos bienes suponen una inversión de 179.760 euros de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León que cuenta con la colaboración de la diócesis de Segovia y el ayuntamiento de Cuéllar.

Ésta es la segunda intervención de la Fundación regional en la iglesia de San Esteban, ya que el año pasado rehabilitó el edificio y reparó las cubiertas, restauró la torre, corrigió los problemas de humedad y restauró y limpió las fábricas. Todo ello supuso una inversión de 416.600 euros.