Solo cuatro de los 38 acusados de tráfico de drogas a raíz de la 'Operación Infierno' aún no han pactado pena

VALLADOLID, 22 May. (EUROPA PRESS) -

El multitudinario proceso judicial por tráfico de drogas contra 38 presuntos narcos, detenidos en 2017 en Valladolid, Salamanca y Zamora como culminación de la 'Operación Infierno', vivirá este martes un nuevo capítulo en la Audiencia vallisoletana con la vista en la que la práctica totalidad de los encausados, salvo cuatro, dará el sí a las correspondientes condenas que ya han negociado con la Fiscalía.

El juicio tenía que haberse celebrado a finales de enero en la Feria de Valladolid, dado el elevado número de acusados, aunque entonces se optó por suspenderlo ante la incidencia de la pandemia y se pospuso para este martes, 25 de mayo, con la particularidad de que desde entonces el éxito de las negociaciones entre la Fiscalía y las defensas de los acusados permitirá que la vista pueda celebrarse en la Audiencia Provincial, sin necesidad de acudir a un escenario más amplio, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Eso sí, este martes la totalidad de la jornada se limitará a la ratificación de las condenas asumidas por hasta 34 de los procesados, que en algunos casos se exponían a siete años y medio de prisión y que ahora han visto sus penas sensiblemente rebajadas por delitos de tráfico de drogas y, en algunos casos, por tenencia ilícita de armas, rebajas a las que ha contribuido el hecho de que Fiscalía haya retirado el delito de grupo organizado y aplique a buena parte de ellos la atenuante de drogadicción.

DECLARADA EN REBELDÍA

De los otros cuatro que no han pactado pena, uno es de Valladolid y dos de salamanca, cuya toma de declaración está prevista para el miércoles, mientras que una cuarta persona, una mujer vecina de Zamora, ha sido declarada en rebeldía ante la imposibilidad de ser localizada.

La detención de estas 38 personas tiene como germen la 'Operación Infierno' y en Valladolid condujo en 2016 a la pareja formada por María Dolores L.G. ('Loli') y Alberto M.C, del Clan de los 'Paturros', como presuntos vendedores de cocaína y heroína en las inmediaciones de su piso en Huerta del Rey, con la colaboración supuesta de Roberto M.S, y otros 'machacas' como Óscar L.G. y Pedro L.R.

Los 'pinchazos' telefónicos realizados con autorización judicial a Loli y Alberto llevaron a los investigadores hasta otros clanes y otras provincias, como Zamora (los 'Chinches') y Salamanca, a los que, supuestamente, acudían los 'Paturros' para aprovisionarse de mercancía, proveedores que, a su vez, se proveían de otros de los acusados y/o revendían a otros procesados o a terceros.