Agro.- La FAO alerta de que la crisis financiera amenaza la seguridad alimentaria pese a la gran cosecha de este año

Actualizado: jueves, 6 noviembre 2008 14:03

ROMA, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de Naciones Unidas advirtió hoy de que la actual crisis financiera global podría desencadenar "crisis alimentarias aún más graves que las experimentadas recientemente", a pesar de que la cosecha de cereales prevista para este año es "suficiente" para cubrir las necesidades a corto plazo y "reponer las agotadas reservas mundiales".

"Está previsto que la producción mundial de cereales alcance un nuevo récord este año" debido a que los elevados precios han impulsado la siembra en los países desarrollados y a que ha habido "unas condiciones meteorológicas en conjunto favorables", informó hoy la FAO en el último número de su publicación bianual 'Perspectivas alimentarias'.

En estas condiciones, según la organización, "se espera que la producción mundial de cereales sea suficiente para cubrir la utilización prevista a corto plazo y ayudar a reponer las agotadas reservas mundiales". No obstante, advirtió, la actual crisis financiera afectará negativamente a los sectores agrícolas de muchos países y "la cosecha de cereales récord de este año y la reciente caída de los precios de los alimentos no deberían crear una falsa sensación de seguridad".

"Por ejemplo, si se mantienen en 2008-2009 las condiciones actuales de volatilidad de los precios, la siembra y la producción podrían verse afectadas hasta el punto de producirse un nuevo aumento de los precios en 2009-2010, desencadenando crisis alimentarias aún más graves que las experimentadas recientemente", declaró una de las autoras del informe, Concepción Calpe.

La crisis financiera de los últimos meses, según Calpe, "ha favorecido el descenso de los precios, contribuyendo a restringir los mercados crediticios, y ha introducido una mayor incertidumbre sobre las perspectivas del próximo año, de forma que muchos productores están tomando decisiones muy conservadores en relación a la siembra".

El informe destaca que la mayor parte de la recuperación en la producción de cereales ha tenido lugar en los países desarrollados, en donde los agricultores se encontraban en una posición más favorable para reaccionar al alza de precios. Por el contrario, los países en vías de desarrollo presentaban una capacidad de respuesta muy limitada debido a dificultades en el suministro de sus sectores agrícolas.

LOS PRECIOS Y SUS CONSECUENCIAS

El fuerte incremento del precio de los alimentos en 2007-2008 ha elevado el número de personas desnutridas en el mundo a cerca de 923 millones, según la FAO. Aparte, la disminución de los precios internacionales de los productos básicos aún no se ha visto reflejada en un descenso de los precios nacionales de los alimentos en la mayoría de países de bajos ingresos.

"Como consecuencia de los actuales problemas económicos mundiales, existe un riesgo real de que la población tenga que reducir su consumo de alimentos y aumente más si cabe el número de personas que pasan hambre", advirtió Calpe.

El informe afirma que la agricultura mundial se enfrente a importantes problemas y desafíos a largo plazo que necesitan ser abordados con urgencia. Entre ellos se incluyen las restricciones de agua y tierra, las escasas inversiones en infraestructura rural e investigación agrícola, el elevado precio de los insumos agrícolas relacionados con los precios a pie de granja, y la poca adaptación al cambio climático.

Para alimentar a una población mundial que ascenderá a más de 9.000 millones de personas en 2050 (actualmente ronda los 6.000 millones), se tendrá casi que duplicar para entonces la producción alimentaria mundial, según el informe.

El crecimiento demográfico se producirá principalmente en los países en vías de desarrollo y, en gran medida, en las zonas urbanas. La fuerza de trabajo rural, cada vez más reducida, tendrá que ser, por tanto, mucho más productiva. Para ello se necesitarán más inversiones en agricultura, maquinaria, tractores, bombas de agua o cosechadoras de cereales, así como agricultores más cualificados y mejor preparados y cadenas productivas más eficientes, concluyó la FAO.