BARCELONA, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Govern estudia indemnizaciones para los apicultores que pierdan su producción como consecuencia de la avispa asiática --'vespa velutina'-- del mismo modo que se recompensa a los agricultores que han perdido parte de su cosecha por el pedrisco, por ejemplo.
Así lo ha explicado en declaraciones a Europa Press el director de los Servicios Territoriales de la Conselleria de Agricultura en Girona, Vicenç Estanyol, que ha precisado que estas indemnizaciones se estudiarán a partir de abril y que para acceder a ellas será necesario acreditar la pérdida de la producción.
Ante la petición de celeridad que han realizado al Govern Unió de Pagesos y asociaciones de apicultores de toda Catalunya en la lucha contra esta avispa, Estanyol ha defendido que en estos momentos esta especie invasora está hibernando, por lo que tan sólo se pueden realizar medidas preventivas.
Así, ha explicado que la avispa asiática no despertará hasta abril, cuando se deberá actuar más contundentemente, y tan sólo sobrevivirán a la hibernación el 5%, si bien esta especie se reproduce muy rápidamente.
Esta avispa, de grandes dimensiones --tres centímetros de longitud--, es depredadora de abejas e instala preferentemente sus nidos en las ramas altas de los árboles.
550 TRAMPAS
Entre las medidas de control que el Govern ha ejecutado desde que se localizara el primer nido destacan 550 trampas para detectar la presencia de este insecto invasor --unas 100 a cargo de la Generalitat y las 400 restantes por parte de privados--, un protocolo de actuación y un teléfono de avisos.
Otras medidas de control son la localización y eliminación del nido antes de que inverne, así como impartir formación específica para agentes rurales y técnicos de biodiversidad para facilitar la detección de otros nidos, ya que la introducción de esta especie en Catalunya es "relativamente nueva", y Estanyol ha explicado que también existe colaboración con el País Vasco, otra comunidad que sufre la presencia de este insecto.
La avispa asiática se localizó en primer lugar en la Vall d'en Bas en septiembre, y posteriormente aparecieron nuevos nidos en Ripoll y Susqueda, si bien en 2012 ya se localizaron tres ejemplares de este insecto en el Alt Empordà y tres nidos en la Vall d'Aran, aunque se consideró que se trataba de una presencia esporádica; en el primer caso por la proximidad con Francia --donde se reconoció como especie invasora en 2007-- y, en el segundo, por ubicarse en una zona demasiada fría e inadecuada para poder subsistir.
Estanyol ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad, ya que se ha llegado a calificar esta especie de 'avispa asesina', y ha incidido en que no supone "ningún peligro para las personas" más allá del daño que puede hacer una avispa común, puesto que no es agresiva ni pica más que las habituales y tiene prácticamente el mismo tamaño, aunque sí causa una gran mortalidad en las colmenas de abejas.
