TARRAGONA, 28 May. (EUROPA PRESS) -
El ganador de las elecciones a la Alcaldía de Tarragona y candidato del PSC, Josep Fèlix Ballesteros, prometió hoy un "cambio de progreso y tranquilo" para la ciudad, que pasa a manos de los socialistas tras 20 años de hegemonía de CiU, y anunció su intención de abrir diálogo "con las fuerzas que han defendido el cambio", en alusión a ERC, dado que ICV-EUiA ha perdido sus dos concejales.
El PSC de Ballesteros obtuvo hoy el 39,76% de los votos y 13 concejales de los 27 totales, cuatro más que en las elecciones de 2003, con lo que arrebató la mayoría a CiU, que obtuvo el 23,07% de los votos y 8 concejales, dos menos que en los anteriores comicios.
Tras conocer los resultados, Ballesteros compareció ante los medios destacara que "Tarragona ha votado por el cambio" y anunciar su intención de iniciar diálogo con ERC. "Los ciudadanos han depositado una confianza muy grande en el PSC", agradeció.
Ballesteros se mostró "convencido" de que, además de los votantes socialistas, su candidatura ha obtenido "votos de otras opciones políticas" que han visto en el PSC el "voto útil" para acabar con el pacto de gobierno CiU-PP que gobernaba la localidad en los últimos ocho años.
El candidato socialista admitió haberse sorprendido con los resultados, dado que su formación tenía "datos" que le anunciaban "entre 10 y 11 concejales", por lo que "haber sacado 13 ha sido un regalo inesperado que nos han hecho los ciudadanos".
Tras seguir los resultados electorales desde la sede del partido en Tarragona, Ballesteros se trasladó a un local cercano en el que las juventudes del partido prepararon una fiesta para celebrar la victoria.
Ante más de 400 militantes socialistas, el nuevo alcalde de Tarragona prometió el "cambio de progreso", en un discurso de euforia contenida que se correspondía con el ambiente del lugar, de total celebración e incluso algunas lágrimas de alegría.
La otra cara de la moneda era el Hotel Ciutat de Tarragona, donde la candidatura de Joan Aregio (CiU) se había concentrado para seguir los resultados, con escasa afluencia de seguidores y un ambiente general de desánimo que impregnaba la sala antes incluso de que se conocieran los primeros resultados.
