BARCELONA 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Cerca de un 30 por ciento de las amas de casa de Barcelona consumen psicofármacos, un porcentaje que aumenta hasta el 40 por ciento si éstas conviven con personas con discapacidad, según revela el informe 'Trabajo y salud en Barcelona', presentado hoy por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB).
Una de las autoras del estudio, Lucía Artazcoz, intuyó que este consumo de psicofármacos es una "medicación de la insatisfacción", constatando un mejor estado de salud entre las mujeres empleadas que entre las amas de casa.
El estudio revela que la mayor población empleada en el sector de los servicios --más del 75 por ciento-- determina un patrón de salud relacionado con el trabajo remunerado, con una menor incidencia de lesiones por accidente de trabajo en la jornada laboral y un papel más relevante de los problemas musculoesqueléticos y psicosociales.
Constata que continúa persistiendo la división sexual del trabajo remunerado y no remunerado, que determina un número de horas dedicado al trabajo remunerado superior en los hombres y un número de horas de trabajo doméstico y familiar más grande en las mujeres.
Contando ambos, las mujeres trabajan 59,8 horas semanales y los hombres 56. El estudio señala también que las mujeres se concentran en pocas ocupaciones y tienen baja presencia en lugares de mando. Las mujeres dedican 23,6 horas a la semana al trabajo doméstico y los hombres, 12,2.
El 16,2 por ciento de la población empleada está insatisfecha con sus condiciones de trabajo, sobre todo entre las clases más desfavorecidas.
LAS MUJERES TIENEN PEOR SALUD
Los indicadores de salud estudiados en 'Trabajo y salud en Barcelona' son mas desfavorables para las mujeres --excepto en lesiones por accidente de trabajo-- e indican que las mujeres en empleos no cualificados presentan los peores y una elevada frecuencia de conductas poco saludables.
Según el estudio, el 28 por ciento de las mujeres en empleos no cualificados --empleadas domésticas o limpieza-- tienen mal estado de salud mental. En el caso de los psicofármacos, una cuarta parte de la amas de casa consumen psicofármacos.
Asimismo, según explicó una de las autoras del estudio Imma Cortès, la convivencia con personas con discapacidad se asocia a una "peor salud" y comportamientos más insaludables. En el caso de las amas de casa, el mal estado de salud pasa de un 31 a un 54,3 por ciento en el caso de convivir con una persona dependiente, y el consumo de psicofármacos crece de un 23,8 a un 40 por ciento.
El 40,9 por ciento de las mujeres que conviven con una persona con discapacidad son las principales responsables de sus cuidadados, un porcentaje que en los hombres baja hasta el 21 por ciento. Asimismo, el 38,7 por ciento de las mujeres son las principales responsables del cuidado de los menores de 15 años, mientras que los hombres sólo lo son en un 1,1 por ciento.