BARCELONA, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El 46% de los adultos catalanes de 25 a 64 años habían registrado un ascenso social respecto a sus padres en 2009, especialmente el grupo de los 50 años y gracias en buena parte a la contribución femenina.
Así lo constata el estudio 'Educación y movilidad social en Catalunya' de la Fundació Jaume Bofill, que afirma que la sociedad catalana es abierta, fluida y meritocrática.
El análisis, sobre una muestra de 4.600 personas y 2.000 hogares en los últimos 50 años, demuestra que el conocido como "ascensor social" está extendido en Catalunya, teniendo en cuenta que el 48% de las personas de origen obrero llega a clases intermedias y el 15% a clases directivas y profesionales.
Por el contrario, un 20% de los adultos catalanes ha vivido el descenso social, a falta de datos sobre el impacto de la crisis económica, ha señalado uno de los autores del estudio, Xavier Martínez, quien ha destacado que el trabajo desmiente el tópico de Catalunya "como una sociedad cerrada, rígida y clasista".
La principal conclusión del análisis, el primero empírico sobre la movilidad social, es que "el origen social no interviene en la clase social de los hijos", siendo la educación el factor clave que determina el progreso social del individuo, pese a la escasa política de becas y subvenciones.
La generación de los años 60 es la que más ha experimentado un ascenso social, irrepetible según los autores, por el proceso de industrialización y el hecho de que estas personas "partían de muy abajo", lo que no sucede con la juventud actual, que empieza a vivir peor que sus padres.
En 2009, la juventud sufría una inmovilidad social superior, habida cuenta de que el 67% de los jóvenes partía de un punto de partida mejor, y la tendencia futura pasa por una reducción del ascensso social porque se ha reducido el techo.
Sin embargo, la movilidad social se estanca en las clases sociales muy altas y las clases sociales muy bajas, que poco movimiento registran y perpetúan sendos estatus.
El autor del estudio ha insistido en que "una sociedad inmóvil es rígida, estancada y clasista, donde no importa tu esfuerzo y no estimula ni premia; en cambio, una sociedad móvil es aquella que premia el esfuerzo, el talento y el potencial, lo que hace más eficiente el sistema económico y mejora la justicia social".
Pese a la "buena base" existente, el autor ha dibujado un complejo futuro por las dificultades de la crisis y la mayor dificultad que supone sacar rendimiento a un título.
NIVEL EUROPEO ALTO
En perspectiva comparada, Catalunya es uno de los países europeos con una tasa más alta de movilidad social ascendente, acercándose a países como Suecia y Holanda.
Sobre la política de becas, ha recomendado una "revisión profunda" para favorecer que éstas lleguen al 100% de las personas que las necesitan y se conviertan en un impulso real, más que en un complemento o ayuda.
En esta línea, ha señalado que la inversión en política social de la Generalitat era del 17,5 en 2008, mientras que era del 16% en Estados Unidos en 2005.
