TARRAGONA, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 82 por ciento de la población de la provincia de Tarragona está a favor de prohibir el 'burka' para facilitar la identificación de las personas, mientras que el 60 ciento considera que es una cuestión "muy importante o prioritaria" que se debe regular.
Son algunas de las conclusiones que emana de un análisis sociológico realizado por el gabinete de estudios Ceres entre una muestra de 750 personas que fueron entrevistadas telefónicamente a principios del mes de julio.
También ocho de cada diez personas manifiestan haber recibido el impacto de los medios de comunicación en referencia a esta cuestión.
Paradójicamente, casi otro 60 por ciento tiene la percepción de que prácticamente no hay mujeres con velo integral en sus poblaciones. Sólo hay un 10 por ciento de personas que afirma que hay muchas mujeres con 'burka' en su entorno.
El estudio indica, además, que el 30 por ciento de la población de Tarragona siente algún rechazo por los colectivos inmigrantes. Dos tercios de ese porcentaje es racista por convicciones arraigadas largo tiempo, y el resto manifiesta esa falta de tolerancia le ha sobrevenido recientemente.
Por otra parte, los tarraconenses no tienen problemas para convivir con inmigrantes ni en un viaje (92%), en el trabajo (88%), o como vecinos (71%), "aunque la molestia es mayor en los círculos cada vez más cercanos", ha explicado el director de la encuesta, Hildebrand Salvat.
Por nacionalidades, el mayor rechazo (17%) es hacia los norteafricanos, y el menor hacia los latinoamericanos. "A ese 17% se debería añadir parte de un 7% de rechazo a musulmanes en general, sin especificar origen", ha añadido Salvat.
Según este experto, para su sorpresa, ha quedado empíricamente demostrado que el debate sobre el 'burka' "no es artificial", y que la opinión pública ha confiado en el argumento de la identificación de las personas, "que parecía un modo de suavizar la cuestión de fondo".
A la hora de profundizar sobre cuestiones como la integración o radicalización de colectivos islámicos, el enriquecimiento de la sociedad con costumbres foráneas, o el riesgo de que mujeres musulmanas queden encerradas en casa, Salvat ha indicado que "las explicaciones son parciales y con muchos matices en cada caso, con discursos que aceptan elevados niveles de tolerancia entre los partidarios de prohibir los velos integrales y sus detractores".
