BARCELONA, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
El acusado de matar a un matrimonio de ancianos y a la nieta de estos el 27 de enero en la calle Sardenya de Barcelona, Alejandro C., ha culpado a su exnovia e hija de los octogenarios, Mónica C., de cometer el crimen para cobrar su herencia tras intentar que se declarase la invalidez de su hermana.
"La única persona que realmente tenía un móvil para deshacerse de sus padres era ella", ha asegurado este lunes a los periodistas el abogado del acusado, Facundo Carugatti, al terminar las declaraciones de su cliente y varios testigos ante el titular del Juzgado de Instrucción 27 de Barcelona.
Sin embargo, el abogado de Mónica C., Andrés Maluenda, cree que esta versión no se sostiene ya que, según ha explicado, Alejandro C. la culpa sin pruebas y con dos argumentos débiles: que ella había pedido préstamos a bancos y que reaccionó de manera "fría" cuando conoció la noticia de la muerte de sus tres familiares.
Por otra parte, Alejandro C. ha defendido ante el juez que los restos de ADN de las víctimas encontrados en la correa de sus gafas se le transfirieron cuando cogió en brazos al perro de la familia, presente en la escena del crimen.
"El perro estaba todo manchado de sangre, y el señor Alejandro C. (el acusado) también se pudo marchar perfectamente", ha asegurado Carugatti, después de que se encontraran rastros de ADN de la joven y del abuelo en el cordón y montura de sus gafas.
Ha defendido que cuando Mossos d'Esquadra hacen la primera inspección ocular del lugar del crimen lo primero que ven es el perro, un agente lo coge y se lo entrega a Alejandro C., que llevaba las gafas colgando con el cordón.
Pero el abogado de Mónica C. cree que esta versión tampoco se sostiene porque Alejandro C. estuvo muy poco tiempo con el perro y, además, la sangre de las víctimas que supuestamente transferiría el animal tendría que estar ya muy seca.
Por otra parte, en los análisis de ADN se han encontrado en una alfombrilla del coche de Mónica C. restos compatibles con el perfil genético de su padre, algo que su abogado ve "normal", pues el anciano montaba habitualmente en el coche de su hija.
ASESINATO POR DESPECHO
Según las primeras investigaciones, Alejandro C. habría cometido presuntamente el crimen por despecho después de haberle dejado su exnovia, a la que después intentó incriminar fingiendo que ella había encargado matar a sus padres y su nieta a un sicario sudamericano.
Para ello, le mandó varios mensajes de teléfono móvil haciéndose pasar por el sicario con acento sudamericano, exigiéndole que pagara el supuesto coste del crimen, aunque cometió un error: dejó la 'i' catalana como conjunción en lugar de usar la 'y' castellana.
Esto se une al descubrimiento de que Alejandro C.G. guardaba en su ordenador cartas sospechosas y búsquedas de Google de palabras clave 'sicario', 'vudú', 'magia negra' y 'juzgado 27' --el que instruye el caso--, según el informe pericial informático.
La Fiscalía y la acusación le imputan tres asesinatos con alevosía y ensañamiento, además de un robo con violencia por sustraer un móvil, un ordenador y una 'tablet'; sólo por estos tres delitos podrían pedir para el detenido entre 45 y 75 años de cárcel.