Portada de 'Galetes de mel i gingebre' (Columna) de Alba Sabaté - COLUMNA
BARCELONA, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
La escritora y profesora de literatura Alba Sabaté explora "la alegría espontánea y las dudas e inseguridades" de la primera juventud en 'Galetes de mel i gingebre', una novela de iniciación que ha publicado Columna Edicions.
Según ha explicado Sabaté en rueda de prensa este martes, la novela se adentra en las vidas de Arnau y Renata, dos adolescentes que buscan su lugar en el mundo después de dejar el instituto de Barcelona en el que estudian: él es un chico que se viste de mujer a escondidas, ella una chica que cambia a menudo de color de pelo y de uñas.
Los jóvenes estarán unidos por una tragedia, y a lo largo de las 300 páginas de la novela tendrán dudas, lucharán, se preocuparán, tendrán relaciones: "En el fondo intentarán hacer lo que hacemos todos: seguir viviendo e intentar encontrar la felicidad en la vida", ha dicho Sabaté.
LA VIDA EN MINÚSCULA
"A mí me gusta escribir sobre la vida en minúscula, la cotidiana, que en el fondo me parece que es la gran vida", ha explicado, y ha añadido que con esta novela se ha querido acercar a la juventud, de la misma forma en que quiso acercarse a la vejez con su novela 'Aniversari' (Premi Marian Vayreda 2013) y a la edad media con su novela 'L'hotel blanc de la platja', finalista del Premio Prudenci Bertrana 2015.
La novela trata también lo que ella considera los grandes temas de la literatura, que aparecen también en sus otras novelas: la muerte, el paso del tiempo, el amor y el sexo.
PROFESORA DE LITERATURA
La editora Glria Gasch ha destacado del libro su "calidad incuestionable", así como la gran exigencia formal de la autora, y ha añadido que se nota que es profesora de literatura de jóvenes y que conoce bien esta etapa de la vida.
Sabaté ha dicho que le interesa mucho la primera apertura al mundo que se experimenta en la juventud: "Es la primera vez que lo haces todo con ilusión y con tiempo", ha dicho.
Sin embargo, considera también que la juventud puede ser una etapa dura, puesto que los adolescentes están llenos "de dudas, de incertidumbre y no se gustan", y a esta doble naturaleza de la juventud es a lo que obedece el título, que combina la dulzura de la miel con la amargura del jengibre.