BARCELONA 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Ayuntamiento de Mataró (Barcelona) ha informado este miércoles que distintas áreas municipales, así como la Policía Local, había tratado de que el indigente muerto al ser atacado por sus perros, junto a otra mujer, se desprendiera de ellos.
El indigente había accedido dos días antes de los hechos a la petición de los servicios sociales de que dejara el terreno donde convivía con los perros y acudiera a un centro de acogida, dejando a la veintena de animales en la perrera municipal, aunque fue atacado antes de que optara definitivamente por marcharse.
Tras hallar los cadáveres de los dos indigentes, además de los cuerpos policiales, intervino personal de la perrera municipal para poder encerrar a cinco perros en una jaula, mientras otros tres escaparon, y dos de ellos acabaron abatidos por la policía. En el lugar había 25 perros.
Según ha informado el consistorio en un comunicado, en abril de 2009 el servicio de vivienda del consistorio hizo una inspección de los terrenos en la zona de La Llàntia y detectó la instalación de varias barracas y huertos y se lo comunicó a la propiedad.
En marzo de 2010 se les hizo llegar una orden para que se retiraran estas instalaciones, puesto que la propiedad tiene la obligación de tener las fincas en condiciones de seguridad y salubridad, y como contestación, los propietarios informaron de que tenían identificados a los cuatro ocupantes de la finca y que les instaría a marcharse.
En junio de 2010 la Policía Local y el servicio de bienestar social visitaron al ocupante de la barraca para ofrecerle la posibilidad de acudir al centro de acogida municipal y se le informó de los otros servicios a los que podía dirigirse.
Esta visita se repitió en septiembre, aunque en esta ocasión el indigente se negó a acudir al centro de acogida porque no quería dejar a sus perros. Finalmente, el 20 de octubre, aceptó marcharse, dos días antes de su muerte.