BARCELONA, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Ayuntamiento quiere cambiar durante este mandato, que se agota en 2011, el 20 por ciento de las 143.000 lámparas de las calles de la ciudad para modernizarlas y disminuir la contaminación lumínica. Prevé destinar a esta cuestión 62 millones, el doble que en la pasada legislatura.
En una rueda de prensa, la quinta teniente de alcalde de Medio Ambiente, Imma Mayol, concretó que se sustituirán 6.600 farolas para modernizarlas, lo que supondrá invertir 49,6 millones de euros, y que se actuará sobre 23.000 puntos de luz para direccionarlos y evitar que enfoquen hacia el cielo y que la luz entre en las casas, lo que significará 12,1 millones.
"Queremos una ciudad correctamente iluminada, pero no una ciudad de escaparate", afirmó Mayol, quien prometió colocar la luz necesaria para cada espacio, que esté bien direccionada y con el mínimo consumo posible, respectando las recomendaciones internacionales de entre 20 y 40 lux en las calles.
El Ayuntamiento ha identificado algunas calles emblemáticas donde hay que potenciar la iluminación, como Consell de Cent, Mallorca, paseo de Colon, Ausias March, Prats de Molló y Poesia. Entre ellas también está el tramo de la avenida Diagonal entre la plaza de Francesc Macià y la calle Sicília, donde se actuará provisionalmente a la espera de su reforma.
Mayol señaló que Barcelona tiene unos 200 modelos diferentes de farolas en la calle, una cifra a disminuir para facilitar su mantenimiento y su coste. Por el momento el Consistorio apuesta por los de vapor de sodio de alta presión --la luz amarilla-- en detrimento de los de mercurio, más contaminantes y prohibidos por ley.
Sin embargo, está empezando a probar los leds como alternativa a las de sodio, que se podrán ver en algunas calles del distrito tecnológico del 22@ en Sant Martí y este verano en el reformado Teatre Grec. El Consistorio también prevé potenciar la luz en parques de paso, como el de la Espanya Industrial y Tamarita, y reducirla en los que cierran de noche.
