'Gabo' todavía conserva un piso en la calle Passeig de Gràcia y mantiene numerosas amistades en Barcelona
BARCELONA, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Gabriel García Márquez vino a Barcelona "porque había conocido a muchos catalanes" y porque éstos fueron "muy importantes en su vida", recuerda el biógrafo del Nobel colombiano, Gerald Martin, que estos días realiza sesiones maratonianas de entrevistas con los medios con motivo de la publicación en castellano de 'Gabriel García Máquez. Una vida' (Debate).
Y ello no se debió únicamente a que, a lo largo de su vida, 'Gabo' tropezó "por todas partes" con catalanes exiliados que huyeron tras la guerra civil española y la represión franquista, sino a su estancia durante siete años en una ciudad que le permitió encontrar la tranquilidad necesaria para abordar la redacción de 'El otoño del patriarca', la secuela tras el éxito mundial de 'Cien años de soledad'.
En una entrevista con Europa Press, Martin (Londres, 1944) señaló que, a pesar del aura propia del máximo exponente del realismo mágico, García Márquez es en realidad una persona "práctica y directa". Por ello, "sin querer entrar en estereotipos", es lógico que el colombiano se llevara bien con gente que tiene fama de ser del mismo modo, y que además, al menos los que conoció, conectaban con él en cuanto a su pensamiento político progresista.
El inglés, que ha trabajado durante casi 20 años en su biografía y que, sumando todos los encuentros, ha pasado cerca de un mes con 'Gabo', no duda que tras la elección de venir a Barcelona en las postrimerías del franquismo, al colombiano le interesaba "aislarse" y pasar desapercibido, algo que hubiera sido imposible en su Colombia natal.
Aunque "ya no viaja mucho", García Márquez conserva un piso en la calle Passeig de Gràcia y numerosos amigos en la ciudad, a los que visitó por última vez el año pasado. Martin, que ha realizado cientos de entrevistas para documentarse, entre ellos al líder cubano Fidel Castro y al ex presidente español Felipe González, afirma que los encuentros con Beatriz de Moura, Rosa Regàs, Juan Marsé y Carmen Balcells, fueron igualmente provechosos para elaborar su obra.
Muestra evidente de ello es la relación que ha mantenido Balcells como agente literaria de la obra de García Márquez, una figura "sin paralelos" en el mundo del comercio de la literatura, y que introdujo figuras ahora extendidas como la cesión de derechos a editoriales por tiempo limitado. "El García 'Marketing' tiene que ver mucho con Carmen", que cultivó una relación "maravillosa" con el escritor y siempre realizó una promoción "estupenda" de sus obras, asegura Martin.
El biógrafo, que confiesa que ha leído 'Cien años de soledad' entre siete y ocho veces, reconoce que el ritmo de encuentros con la prensa lo tiene "cansado" pero "no aburrido", aunque la vida de García Márquez está tan trufada de sucesos históricos que es imposible no sacar punta a algún detalle.
En el caso de los catalanes, Martin se atreve a trazar un nuevo paralelismo entre la actitud de los costeños colombianos --abiertos al Caribe casi más que al interior de su país-- y la de los catalanes respecto a Europa. Si a eso se le añade la "ironía" propia del autor de 'El amor en los tiempos del cólera' que, en cierto modo, también es representativa de los inventores del 'pa amb tomàquet', es normal que hable de una "especie de filiación natural".
Por si no fuera suficiente, el biógrafo recuerda que el extranjero benévolo más importante de la obra de 'Gabo' es el "sabio catalán" que aparece en 'Cien años de soledad'.
No será la última versión de Martin sobre 'Gabo' porque, entre otras cosas, éste último todavía no ha muerto. La última vez que lo vio fue hace menos de un año en La Habana, pero confía en que todavía quede algún encuentro, ya sin la presión de escribir sobre él, que les permita hablar "como dos coroneles retirados".
Aún así, el primer final supone la cuadratura ideal del círculo magistral que representa la biografía en cuanto al repaso de la vida de Gabo, una persona que "ha vivido cinco veces más" que alguien normal.
Podría haber acabado con el encuentro en Ciudad de México donde 'Gabo' confiesa estar deprimido al ver que "todo esto se acaba", pero el homenaje de Cartagena en 2007 con 3.000 invitados por el 80 cumpleaños del escritor y el 40 aniversario de la publicación de 'Cien años de soledad' se antoja más inmortal. De este modo, se despidió de Martin comentándole que era bueno que hubiera estado allí, "para que puedas contarle a la gente que no fue mentira", sentenció.
