BARCELONA 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA) se ha mostrado en total disconformidad con la denominada Ley Ómnibus, no sólo porque le reserva únicamente funciones consultivas, sino porque se ha hecho "sin diálogo previo" y cambia radicalmente el modelo actual de gestión de la cultura.
El informe preceptivo que el plenario del organismo ha hecho público este viernes asegura que el anteproyecto de ley plantea una gestión de la cultura "absolutamente centralizada", porque entidades que hasta ahora tenían personalidad jurídica propia pasarán a convertirse en simples órganos o equipamientos.
Se critica que la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) y el propio CoNCA pasen a ser órganos colegiados y que sus competencias las asuma el nuevo Institut Català de les Indústries Culturales (Icic), que pasará a llamarse Institut Català de la Creació i les Empreses Culturals.
El texto advierte de que el nuevo Icic no prevé proyectos de formación y creación previos a la producción o exhibición, una tarea de la que hasta ahora se encargaban la ILC y el propio CoNCA.
El informe también constata que varios museos y equipamientos culturales perderán su personalidad jurídica propia al pasar a estar bajo la tutela de la nueva Agència Catalana del Patrimoni Cultural.
Concentrar toda la política cultural en un único órgano responde, en su opinión, "a una concepción exclusivamente industrial de la cultura, donde la creación está al servicio de las necesidades de la industria".
Por último, el texto concluye que la Ley Ómnibus eleva una reforma administrativa a categoría de modelo cultural y supone "un retroceso en las garantías de gestión neutral y no partidista de la cultura".