El confinamiento por el coronavirus, aliado para los alérgicos al polen en una primavera "fuerte"

Una mujer con una bicicleta en el balcón de su casa durante el primer día laborable de la segunda semana desde que se decretó el estado de alarma en el país a consecuencia del coronavirus, en Barcelona/Catalunya (España) a 23 de marzo de 2020 (archivo).
Una mujer con una bicicleta en el balcón de su casa durante el primer día laborable de la segunda semana desde que se decretó el estado de alarma en el país a consecuencia del coronavirus, en Barcelona/Catalunya (España) a 23 de marzo de 2020 (archivo). - David Zorrakino - Europa Press
Actualizado: domingo, 12 abril 2020 9:39

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El confinamiento sí "puede ir mal" a los alérgicos a ácaros y esporas de interior

BARCELONA, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -

El confinamiento por la crisis del coronavirus es un aliado para los alérgicos a los pólenes de primavera, en una estación "que arrancó fuerte y temprano", ha explicado en una entrevista de Europa Press la investigadora del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals, ICTA-UAB, Jordina Belmonte.

"Todo el periodo de confinamiento, excepto para los que tienen alergias en espacios cerrados, debería ser un año en que lo pasen bien durante el confinamiento", ha destacado la experta, que cita especialmente el polen de árboles como el plátano de sombra --presente en Barcelona y avenidas de todo el mundo--, pino, chopo, sauce, arce, moreras y gramíneas, cuya polinización empezó muy temprano.

De hecho, 2020 ha sido el año en que "antes" se han registrado mayores concentraciones de polen en la atmósfera desde el inicio de los registros en 1994: si normalmente los alérgicos al polen de primavera registran síntomas a mediados de marzo, este año empezaron a sentirlos desde principios de mes.

Sin embargo, el confinamiento desde el 13 de marzo ha hecho bajar todas las alergias relacionadas con granos de polen y esporas de hongos: "A la gente que tiene alergias de exterior les ha ido bien el confinamiento".

"El polen entra muy poco dentro de casa, y llevar mascarilla sobre la nariz y la boca ayuda", según la investigadora, que recomienda también gafas para que el polen no pueda meterse en los ojos.

No obstante, ha dicho que "el confinamiento les puede ir mal" a aquellas personas alérgicas a los ácaros, a las esporas de interior y a las que viven en ambientes húmedos.

A falta de cifras sobre el descenso de las consultas, Belmonte vaticina que, cuando los alergólogos puedan hacer retrospectiva tras el confinamiento, "verán que han tenido menos consultas y que no ha sido un año con la gravedad que cabía esperar, por cómo venía la primavera".

MAYO SE PREVÉ FUERTE

Sin embargo, si el confinamiento acaba a principios o mediados de mayo, Belmonte avisa: "Tendremos el olivo, que llega avanzado", ya que habitualmente aparece a finales de abril, pero puede estar ya en el aire a mediados de este mes; también las parietarias y las gramíneas.

"Este final de primavera, este mayo y junio, pueden venir fuertes", añade la experta, aunque emplaza a comprobar si llueve y constatar si este agua arrastra el polen hasta el suelo y da algo de tregua a los alérgicos, unos datos que anima a consultar en las predicciones de la Xarxa Aerobiològica de Catalunya.

CONTAMINACIÓN

Asimismo, el descenso de la contaminación en el aire de estas jornadas dejará una "mejor situación de partida para los alérgicos", según la experta, que apunta que con menos contaminación no se siente tanto la molestia de la alergia.

Hay estudios que apuntan a que, cuanto más contaminada está una zona, "más agresivo es el polen", por lo que es factible pensar que las alergias que se registren sean menos agresivas; un extremo que, sin embargo, considera difícil de probar por parte de los científicos, porque habría que recoger muestras en el mismo momento y lugar, y en unas condiciones determinadas.

Sea como sea, defiende que con menores niveles de contaminación "las mucosas no estarán tan afectadas como cuando hay mucha y es posible que no se sienta tanto la molestia" de la alergia.

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