BARCELONA 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los dos socios que han denunciado al fundador y director de la ONG catalana Global Infantil, Gil Lossada, por supuestos malos tratos a los niños de un centro de acogida etíope han conseguido el testimonio de una docena de ex cooperantes que corroboran su versión y añaden otros casos similares.
En la querella presentada por el abogado de los dos ex cooperantes, Sebastià Salellas, ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) consta el testimonio de tres cooperantes y de un menor que reside en el centro situado a unos 30 kilómetros de la capital Addis Abeba.
Además, los denunciantes también cuentan con el testimonio de otros ocho ex cooperantes. La querella ya ha sido admitida a trámite por el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, cuyo titular es Fernando Grande-Marlaska.
Tomàs Jover y su esposa, Petra García, explicaron hoy en rueda de prensa más detalles de lo que ya habían denunciado ante la Fiscalía. Además, mostraron un extracto de un CD de 45 minutos con imágenes grabadas por ellos mismos para ilustrar y demostrar los abusos y maltratos.
Jover y García acudirán el miércoles a la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que investiga los hechos después de ser informada por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).
Los dos querellantes expusieron casos todavía no hechos públicos, como la obligación de los niños y niñas de orinar en pequeños recipientes, aunque muy cerca había sanitarios nuevos y disponibles. Según su versión, la excusa de Lossada era que dentro del lavabo los niños no podían ser controlados y hacían "mucho ruido". "Estaba obsesionado con el absoluto silencio", aseguró Jover, quien añadió: "no nos dejaba ni cantar con ellos".
PEGABA A LOS BEBÉS QUE LLORABAN.
También reiteraron la acusación de intrusismo profesional de Lossada, ya que hacía tratamientos médicos o entorpecía la actuación de profesionales sin tener titulación alguna. Entre los casos más flagrantes destaca la muerte de Teca, un niño enfermo de Sida que falleció en julio después de que Lossada no quisiera administrarle antirretrovirales. Este niño de siete años es el quinto menor que muere, según los propios jóvenes internados.
Se le acusa igualmente de realizar consultas y tratamientos oftalmológicos, dermatológicos, ginecológicos y de medicina general. En otro caso, se negó a que un trabajador acudiera al hospital a vacunarse del tétano después de cortarse con una plancha metálica. La justificación de Lossada fue, según los testigos, que los etíopes son inmunes al tétano.
Uno de sus métodos más discutidos para tratar a los más pequeños era obligarles a ahogar el llanto, supuestamente injustificado, retorciéndoles las orejas o abofeteándolos. A los mayores les insultaba y vejaba diciéndoles que tenían la cabeza "de piedra" o que "todos los etíopes son ladrones".
INSTALACIONES INSALUBRES Y SIN AGUA POTABLE.
En lo que respecta a las condiciones del centro, los cooperantes también denuncian la insalubridad de las instalaciones, la falta de acceso a agua potable y la presencia de ratas en la despensa.
Jover explicó que cuando él y su esposa, Petra García, estaban en el centro, en julio, y Lossada se ausentaba los niños se comportaban bien, "no había ningún problema", por lo que no dan crédito a la versión del director del centro sobre la supuesta mala conducta de los menores.
Cuando comprobaron los abusos discutieron con Lossada y decidieron estar unos días más para documentarlos y posteriormente poder denunciarlos. Al finalizar su estancia de tres semanas, los niños les pedían que no se marcharan para no quedarse a solas con Lossada.
COMO SI LOS NIÑOS FUERAN CATALANES.
Por todo ello y mucho más, Salellas aseguró que piensan defender la "dignidad" de los niños etíopes como "si estuvieran en Barcelona". Tanto Salellas como los dos querellantes, sin embargo, aclararon que no pretenden cerrar el centro ni dejar desamparados a los niños actualmente residentes, sino apartar a Lossada de su dirección como medida cautelar hasta que la justicia no haya determinado la veracidad de las acusaciones.
Por el momento, según admitieron, la denuncia ha provocado que Gil Lossada no sea tan severo con los menores y haya permitido el retorno de una doctora etíope al centro.
Josep Vallès, que trabajó como administrativo de la ONG en la sede central de Barcelona, explicó que la entidad tiene unos 300 padrinos que pagan unos 120 euros anuales y unos 150 socios, aunque la página web de la ONG asegura que tiene hasta 600 asociados. Además, Global Infantil recibió a principios de este año una subvención de 120.000 euros de la AECI y de varios ayuntamientos catalanes y españoles, pero no de la Generalitat.
Ahora él y otros socios se plantean forzar una asamblea general para obligar a Lossada a dejar el cargo. Salellas, además, pretende que Lossada declare voluntariamente en España, aunque considera que "no hay ningún problema para ser juzgado por la legislación etíope".
A pesar de los intentos de Europa Press, ni el propio Gil Lossada ni ningún otro representante de la ONG hicieron declaraciones al respecto.