BARCELONA 9 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las entidades del Tercer Sector social crecieron un 33,9 por ciento entre 2003 y mayo de 2009, pasando de 5.600 a 7.500, y ya representan el 2,8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de Catalunya y prestan servicio a más de 1.700.000 personas, según consta en el Anuario 2009 del Tercer Sector Social que se presentó hoy en Barcelona.
El documento recoge la evolución de este colectivo y lo compara con el Libro Blanco de 2003, que por primera vez ofreció una radiografía de la situación del sector. El presidente de la Taula d'entitats del Tercer Sector Social, Carles Barba, destacó que en este tiempo el colectivo ha crecido y se ha hecho más fuerte, con una estructura más definida.
Uno de los aumentos más significativos ha sido el de personas contratadas, que casi se ha doblado en ese período llegando a las 100.000, y hoy en día el 62% de las entidades tienen personas con contrato.
Los voluntarios crecieron un 58,06%, pasando de 155.000 a 245.000, y casi la mayoría de entidades (83%) tienen personas voluntarias, principalmente mujeres (66%), aunque los hombres han pasado de representar el 24% al 34%. La gran mayoría son menores de 50 años (41%), aunque en los últimos años han aumentado los ancianos que deciden hacerse voluntarios, así como los extranjeros, que en algunas entidades ya son entre el 4,5% y el 5%.
El perfil de entidad es el de aquella formada por unas 84 personas, 56 de ellas voluntarias, 23 contratadas y tres colaboradores estables como autónomos.
ATENCIÓN A DISCAPACITADOS
La diversidad de entidades es considerable y la mayoría de ellas se centran en la atención de personas con discapacidad (26%), seguidas de las que lo hacen sobre infancia y juventud (20%), ancianos (12%), inmigrantes (9%), salud (8%), cuarto mundo (7%), mujeres (6%) y adicciones (2%), entre otras.
Seis de cada diez hacen labores de orientación e información en su ámbito de trabajo, la mitad educación y formación, y casi cuatro de cada diez educación en el tiempo libre. La sensibilización, la asistencia en la inserción laboral, la promoción del voluntariado y la asistencia psicosocial son otras de las tareas más empleadas.
Se trata de un sector joven, en el que, a pesar de que el 20% de entidades se crearon antes de 1980, el 18% lo hizo entre el año 2000 y el 2004 y el 11% más tarde de ese año.
El coordinador del Observatorio del Tercer Sector Social --que ha trabajado en el anuario junto con la Taula--, Pau Vidal, destacó que a pesar de este crecimiento en todos los aspectos la financiación estructural de las entidades no está bien resuelta, ya que la mayoría de ingresos están dirigidos a una actividad concreta y son finalistas.
Casi el 33% de estos proviene de subvenciones públicas, el 21,4% de cuotas periódicas, el 18,6% de contratación de servicios, el 12,2% de donaciones privadas y casi un 10% de convenios. Barba señaló la importancia de conseguir unos ingresos menos finalistas y destacó el valor añadido que aportan las entidades a la hora de prestar servicios.
Añadió que, en el contexto actual de crisis y de despliegue de normativas en materia social, el Tercer Sector Social es "más necesario que nunca" y debe cumplir una triple función de representación de los sectores vulnerables, de refuerzo en el despliegue del sistema social y para canalizar y hacer visible la participación ciudadana.