Fiscalía pide 14 años de cárcel para un joven por apuñalar a su expareja en Lleida

Actualizado: viernes, 6 junio 2014 15:22

LLEIDA, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía de Lleida solicita 14 años de cárcel para un hombre de 24 años que apuñaló a su expareja en el cuello y en la espalda en octubre de 2013 produciéndole heridas que tardaron tres meses en curarse de las que le quedan secuelas.

La agresión se produjo en la puerta del centro de atención primaria (CAP) del barrio de Balàfia, en la calle Baró de Maials donde varios testigos retuvieron al agresor hasta que llegaron los Mossos y agentes de la Guardia Urbana.

Tras ser detenido, el hombre ingresó en la cárcel de Lleida en la que se encuentra preso desde el suceso; la Fiscalía le acusa de un delito de asesinato con alevosía en grado de tentativa y de un delito de violencia habitual en el ámbito familiar.

Por el primero solicita una pena de doce años de cárcel y la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la víctima durante diez años más a la pena de prisión que se le imponga; por el delito de violencia habitual, dos años de cárcel.

El fiscal relata en su escrito que el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima durante tres años que acabó en julio de 2013 y que habían vivido juntos el último año en la casa de los padres de la mujer.

Según la calificación del fiscal el 1 de octubre el hombre circulaba con su coche acompañado de su madre por el Barrio de Balàfia, al ver a su ex pareja aparcó el coche le cogió por el brazo y comenzó a pedirle que le abrazara mientras le preguntaba si tenía novio, situación de la que la chica logró escaparse para ir a las clases que comenzaba ese día.

"Tras este encuentro el acusado regresó a su domicilio, "cogió un cuchillo de cocina de ocho centímetros de hoja y once de mango, así como una pistola de balines que había adquirido ese día y regresó a Lleida", relata el fiscal en su escrito de calificación en el que cuenta que el joven esperó a la chica a la salida del instituto.

Cuenta también la Fiscalía que durante el período de convivencia en común, el joven impedía que la chica se relacionara con sus amistades, adoptando una actitud agresiva siendo habitual que en sus discusiones se dirigiera a ella llamándola "puta".

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