BARCELONA, 17 May. (EUROPA PRESS) -
El Museu Nacional d'Art de Catalunya (Mnac) confronta las obras de 13 fotógrafos catalanes de las vanguardias con los más destacados de Europa en la exposición 'Praga, París, Barcelona. Modernidad fotográfica de 1918-1948', que se podrá visitar desde mañana y hasta el 12 de septiembre.
Desde Pere Català Pic hasta Man Ray, pasando por Brassaï, Emili Godes, Karel Novák y Jean Moral, la muestra compila 170 fotografías, documentos --como monografías que influenciaron a los artistas-- y siete películas que muestran cómo incorporaron las innovaciones técnicas y creativas que tenían a su alcance.
La revolución artística que tuvo lugar en Praga y París en el período de entreguerras llegó a Catalunya en la mitad de la década de 1920. Trece fotógrafos catalanes están presentes en esta muestra con 78 imágenes suyas, algunas de las cuales las adquirió el Mnac tiempo atrás y con la mirada puesta en organizar esta muestra.
El Museo de Artes Decorativas de Praga, el Museu de Valls y muchos coleccionistas privados --especialmente relevantes los franceses, ya que gracias a sus cesiones han compensado la escasa aportación del Centro Georges Pompidou, que necesitaba sus obras para una muestra sobre el surrealismo--.
Dividida en ocho apartados, la muestra agrupa las obras según los matices que contienen de aquella nueva visión, y no según el origen del fotógrafo. El cuerpo fragmentado, las formas, las sombras, las visiones simultáneas, las imágenes automáticas, las visiones oníricas y las efímeras son esas divisiones que plantea la exposición.
Los visitantes percibirán el "nivel" que tenían los fotógrafos catalanes de la época pese a que nunca se les reconoció, quizás porque nunca tuvieron un estandarte reconocido internacionalmente, explicó hoy en rueda de prensa el comisario de la muestra y conservador jefe de fotografía del Mnac, David Balsells.
Para Balsells, los fotógrafos Pere Català Pic, Emili Godes, Josep Sala o Gabriel Casas podrían haber sido, cualquiera de ellos, un buen referente internacional de la fotografía catalana como lo fueron Juli González para la escultura y Pablo Picasso y Joan Miró para la pintura. "Hoy en día, seguimos sin estar representados a nivel internacional", clamó.
Pero la escasa visibilidad que tuvieron los fotógrafos catalanes de vanguardias en el mundo también se debe a que cuando Catalunya organizaba una exposición de arte, tampoco contaba con los fotógrafos. De hecho, la fotografía evolucionó hasta la Primera Guerra Mundial a remolque de la pintura, con el afán de elevar las instantáneas al nivel de arte. En el periodo de entreguerras la fotografía se liberó definitivamente de la pintura y experimentó, ofreciendo obras que no se podían conseguir con otras disciplinas.
