Gobierno y oposición de Barcelona se acusan mutuamente de bloquear la nueva perrera municipal

Actualizado: miércoles, 18 marzo 2009 20:23

BARCELONA, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno municipal y la oposición de Barcelona se acusaron hoy mutuamente de bloquear el proyecto de la nueva perrera municipal, que el bipartito quiere situar en el límite del parque de l'Oreneta, y escenificaron así el desacuerdo que se vivirá mañana en la Comisión de Urbanismo.

Los grupos lanzaron las acusaciones en la Comisión de Sostenibilidad, Servicios Urbanos y Medio Ambiente durante el debate de aprobación por unanimidad de una proposición de ERC para crear una comisión en el Consell dels Animals que concrete las actuaciones necesarias para mejorar la situación de la actual perrera en Collserola.

La quinta teniente de alcalde de Medio Ambiente, Imma Mayol (ICV-EUiA), dijo que mañana la oposición "bloqueará" la futura perrera, situación nueva que obligará al Ayuntamiento a "replantear el trabajo para el bienestar animal".

Mayol consideró la actuación de los republicanos, con la presentación de múltiples emplazamientos alternativos, como "una cortina de humo". Francesc Narvàez (PSC) también vio la proposición aprobada hoy como una forma de "marear la perdiz" para que no se haga el nuevo parque de acogida.

Desde las filas de la oposición, Xavier Florensa (ERC) dijo que es el bipartito quien se niega a escucharlos, y defendió que los republicanos han hecho una apuesta política con alternativas y argumentos rigurosos.

Tanto Emma Balseiro (PP) como Raimond Blasi (CiU) consideraron como Florensa que es el Gobierno quien bloquea que Barcelona tenga nueva perrera. Blasi añadió que el bipartito no sabe aceptar que en ocasiones la oposición puede lanzar propuestas "muy y muy buenas".

RUIDO DE LA MONTAÑA RUSA

El Ayuntamiento ha hecho un estudio para determinar el impacto acústico de la montaña rusa recientemente inaugurada en el parque de atracciones del Tibidabo situado en Collserola, que durante esta época abre sólo los fines de semana, según explicó Mayol en el marco de la comisión.

El Consistorio ha medido el ruido en cinco puntos de las carreteras de Sant Cugat y Vallvidrera, donde el predominante es el del tráfico. El resultado del análisis demuestra que en todos los casos se respetan los 70 decibelios máximos permitidos en la zona en horario diurno.