Interceptan en Tremp (Lleida) a dos furtivos que habían cazado con métodos ilegales 86 pájaros protegidos

Actualizado: martes, 30 octubre 2007 12:37

LLEIDA, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -

Agentes Rurales interceptaron 'in fraganti' el pasado sábado en Tremp (Lleida) a dos cazadores furtivos que habían capturado con redes 'japonesas', una modalidad no selectiva y prohibida, 86 pájaros protegidos, según informó hoy la Conselleria de Medio Ambiente.

Ese día, los agentes vieron cómo dos personas recogían pájaros de unas redes que estaban dispuestas en un campo de girasoles, cerca del paraje Molí de Suterranya, en Tremp, y luego los metían en jaulas y sacrificaban a las hembras, que no tienen valor comercial.

Al avisar a los dos cazadores de que estaban cometiendo un delito contra la fauna, éstos huyeron a pie. Los agentes rurales los persiguieron durante más de dos horas por la zona del río Abella.

Tras atraparlos, regresaron a la zona donde los cazadores tenían las redes, llamadas 'japonesas', donde comprobaron que habían cazado 86 pájaros protegidos, entre los cuales había carboneros, luganos, chamarices, pinzones reales, jilgueros, pinzones, gorriones y verderones. Todos tenían un tamaño inferior a 20 centímetros, medida mínima que establece la Ley de protección de animales como especies protegidas.

De los 86 pájaros, los agentes pudieron liberar a 69. Los otros 17 habían sido sacrificados por los furtivos, que declararon que pretendían comérselos. Éstos últimos quedaron depositados como prueba a disposición del juez en la oficina comarcal de la Conselleria de Medio Ambiente. También se decomisaron cinco redes 'japonesas', cinco jaulas para pájaro, 26 estructuras metálicas y varias bolsas para el transporte de las jaulas.

Los agentes rurales, por su parte, consideran que los pájaros iban a ser destinados a la venta ilegal en diferentes mercados del área metropolitana de Barcelona. La caza de este tipo de aves no es corriente en la comarca del Pallars Jussà, aunque los agentes han detectado que va en aumento.

Los cazadores, vecinos de Cornellà de Llobregat y Esplugues de Llobregat (Barcelona), podrían enfrentarse a penas de hasta dos años de cárcel o multas de 8 a 24 meses e inhabilitación para cazar de hasta cuatro años. Además, los agentes interpusieron una denuncia por desobediencia a la autoridad por el intento de fuga.