BARCELONA, 12 May. (EUROPA PRESS) -
El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona ha decidido señalar para el 25 de mayo la declaración del subinspector jefe de Anticorrupción de la Comisaría General de Investigación Criminal (CGIC), Antoni Salleras, imputado por presuntamente revelar a una banda de narcotraficantes que estaban siendo vigilados, pese a que el fiscal haya recurrido para que se dejaran sin efecto dichas imputaciones.
En un auto del 11 de mayo, el juez ha citado el 20 de mayo a dos sargentos, dos cabos y un agente por supuestamente ocultar información relevante al juez para proteger a la cúpula del grupo de narcos, entre los que se encuentra un importante confidente, Manuel Gutiérrez Carbajo, clave en la investigación de la trama de corrupción policial en los prostíbulos Riviera y Saratoga.
El magistrado considera que deben realizarse dichas declaraciones, que ya se aplazaron cuando llegó el recurso, y lo fundamenta en que ninguna de las partes personadas en la causa --la Fiscalía, la acusación popular y la defensa de los Mossos-- ha pedido explícitamente que se suspendan.
El juez añade que como el fiscal considera en su recurso "que los Mossos han incurrido en acciones u omisiones desacertadas pero no punibles por falta de 'intencionalidad delictiva', es por lo que resultan más necesarias sus declaraciones".
Además, acuerda retirar la condición de acusación particular a la Generalitat de Catalunya, que estaba personada como perjudicada, porque ahora han asumido la defensa de estos seis policías.
RESPONDE AL FISCAL
En su auto, el juez responde al recurso del fiscal, que argumentaba que la imputación obedecía solo a una reacción de indignación del magistrado contra algunos agentes, diciéndole que la motivación para decidir estas imputaciones consiste simplemente en cumplir sus obligaciones, su "deber ético al que juró lealtad, le pese a quien le pese".
Los mossos están imputados por delitos como omisión del deber de perseguir delitos, ocultación de documentos, obstrucción a la justicia y falsedad de documento público, entre otros, en un caso en el que ya están imputados otro subinspector, un cabo y otro agente.
El magistrado considera que algunos miembros de la unidad de Mossos ahora bajo sospecha con capacidad decisoria "presuntamente subvirtieron el orden jerárquico Autoridad Judicial- Policía Judicial con el fin de elidir la imputación judicial sobre determinadas personas" al ocultar pruebas decisivas.
Según el juez, no investigaron debidamente la relación entre varios miembros de la cúpula de la banda, y ocultaron al menos tres conversaciones trascendentales "de las que se desprende con cierta claridad" que el confidente Carbajo y sus cómplices se dedicaban al tráfico de drogas.