Joan Miquel Oliver lanza un vodevil novelesco sobre "infidelidades y mentiras" invisibles

El músico y escritor Joan Miquel Oliver
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 6 marzo 2013 18:00

BARCELONA, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

El músico y escritor Joan Miquel Oliver se lanza de lleno al género del vodevil en la novela ilustrada 'Un quilo d'invisible' (Empúries), donde aborda las "infidelidades y mentiras" invisibles con numerosos toques de humor y surrealismo.

En una entrevista de Europa Press, el compositor, letrista y guitarrista de Antònia Font ha explicado que la obra nació de la idea que le dio el pintor de brocha gorda y exbatería Mané Capilla mientras pintaba el estudio del cantante en Mallorca y donde bromeaba con la fantasía de hacer un pedido de pintura invisible para hacer desaparecer cosas.

"La idea de la pintura invisible era muy adecuada para un escenario con una comedia, donde da pie a roles, engaños, un vodevil de puertas que se abren y se cierran, cuernos, infidelidades, peleas y mujeres que se tiran de los pelos por el suelo", ha reseñado el músico, muy satisfecho de las ilustraciones inteligentes de Roger Padilla (guitarra de Manel).

Tras debutar en 2008 en el ámbito de la novela con la obra densa 'El misteri de l'amor' (Empúries), ahora publica esta comedia "100% teatral" en que el autor se propone ahondar en el tema de la infidelidad, trasfondo ya presente en su primera obra.

"Quería trabajar en el tema de las mentiras, en que es mejor ser ignorante y feliz. Te pueden engañar, pero si no te enteras es como si no te estuvieran engañando, y el libro va un poco de eso con la metáfora de la pintura invisible", ha significado.

La historia, cuya acción transcurre entre la mañana y la noche del mismo día, empieza con una pareja de jóvenes acomodados que se mudan a un piso, donde se encuentran presentes el pintor (Mané) y la decoradora (Vinyet).

Para eliminar de la vista una antiestética pared del 'loft' todos se embarrancan en una curiosa trama después de hacerse, de forma clandestina, con un bote de pintura invisible que, más adelante, ven como una arma útil para perpetrar un robo a la vecina propietaria del inmueble --y otros más-- y dueña de un perro, llamado 'Xiste'.

De hecho, todos pierden los papeles ante la presencia de una suma potencial de dinero, y cuando éste desaparece de la escena todo vuelve a la normalidad, como si nada hubiera pasado.

Admite que la obra, que le gustaría llevar a escena más adelante, es un "chiste" sin más pretensiones que hacer pasar un buen rato y provocar risotadas del lector, al que la editorial vende la obra como 'La mejor comedia de esta crisis'.

MARILYN MANSON IRRUMPE EN ESCENA

Sobre las ilustraciones, destaca que escogió a Padilla para que hiciera de contrapunto y resaltara en tono de humor imágenes que no suceden en la narración, como es el caso de un Marilyn Manson perdido en una escena, y que se convierte en espectador del desenlace final de la obra.

Oliver se refiere a la nueva joven inquilina como una chica "tontísima, pero muy atrevida, y a él lo define como un chico inocente, atormentado que no parece tan tonto como parece.

El pintor, Mané, encarnaría una suerte de Bruce Willis, un "tío seguro de sí mismo, en el que todo el mundo puede confiar y tiene autoridad", mientras que la que sale peor parada es la decoradora, una mujer racional, introvertida y egoísta para cuya maldad se ha inspirado en el mismo Darth Vader.