BARCELONA, 30 May. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de Instrucción 4 de Barcelona ha citado como investigados a dos agentes de la Guardia Urbana el lunes 1 de julio por la muerte de un disparo de la perra Sota durante una actuación del cuerpo policial barcelonés el 18 de diciembre de 2018.
El Juzgado también ha citado para el 26 de junio al dueño del perro, que denunció los hechos, para que ratifique dicha denuncia, mientras que a cuatro testigos les cita también para el 1 de julio, según un auto recogido por Europa Press.
El procedimiento está abierto por un delito de maltrato animal, por la denuncia del propietario del animal contra los dos urbanos, y también por un delito de atentado a agentes de la autoridad por la denuncia de los dos policías contra el dueño de la perra, ha informado este jueves el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).
Por este motivo tanto el propietario del animal como los guardias urbanos tienen la doble condición de investigado y testigo al existir las denuncias cruzadas, han precisado desde el TSJC.
El próximo 26 de junio está previsto que declare el propietario del animal como denunciante de un delito de maltrato animal y el día 1 de julio están citados los dos guardias urbanos en calidad de investigados y también cuatro testigos.
Según la denuncia de Nova Eucària, personada como acusación popular, los agentes presuntamente incurrieron en delitos de maltrato animal, omisión de auxilio, abuso de poder, uso de arma de fuego fuera de lo estipulado por ley y uso indebido y desproporcionado de la fuerza, según han indicado a Europa Press.
Están personados en esta causa como acusación popular las asociaciones animalistas Nova Eucària, Faada y Libera, además del partido Pacma.
ACTUACIÓN
Según informó en su momento la Urbana, la actuación se inició sin que hubiera una llamada previa cuando una patrulla vio a un perro sin correa ni bozal y con apariencia de ser de raza peligrosa deambulando solo por la calle.
Al aparecer su propietario, le pidieron que atara al perro en cumplimiento de lo establecido en la ordenanza municipal de tenencia de animales y, en el transcurso de la actuación, el animal atacó a uno de los agentes en el brazo y éste tuvo que usar su arma para protegerse, según la Guardia Urbana.
Posteriormente el mismo agente fue agredido con un patinete en la cabeza, por lo que el propietario del perro fue detenido y el policía tiene una contusión en la frente y una ruptura dental, y estuvo de baja.
A raíz del uso del arma, la Unidad de Deontología y Asuntos Internos de la Guardia Urbana revisó los hechos y su conclusión fue que el agente actuó "en defensa de su integridad física y que no le quedó otra opción".