BARCELONA, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los últimos tres años y medio han sido muy duros para el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, tras la decisión de ERC de no reeditar el tripartito y pasar la oposición, y tras el fiasco que supuso la consulta para reformar la avenida Diagonal.
Sin embargo, ganó las municipales de 2007, algo que parecía muy difícil meses atrás con Joan Clos: mantenerse en el consistorio, donde el PSC ha gobernado desde 1979.
Con una campaña presentando a un candidato para hacer "el cambio del cambio", obtuvo 14 ediles, uno menos de los Clos en 2003, aunque a gran distancia de los 20 del año 1999.
Pero los socios no resistieron igual: ICV-EUiA y ERC pasaron de 5 a 4 escaños, y el republicano Jordi Portabella sorprendió pasando a la oposición.
Aunque CiU ofreció un pacto al PSC, Hereu y los suyos optaron por gobernar desde la izquierda, reeditando su coalición al menos con ICV-EUiA, pese a quedar en minoría.
ERC ha ido apoyando puntualmente a Hereu, pero las negociaciones han causado más de un quebradero de cabeza al PSC: los republicanos han apoyado sus cuatro presupuestos y el Plan de Actuación Municipal (PAM) 2008-11.
El propio Hereu ha admitido que su "principal error" fue la consulta de la Diagonal de mayo de 2010.
Pese al apoyo inicial de ERC y CiU a la consulta, la oposición en bloque montó en cólera alegando que sólo se hacía propaganda de dos de las tres opciones de la consulta ocultando la que negaba la reforma de la vía.
A la polémica por esta supuesta ocultación se sumaron los fallos logísticos: el alcalde no pudo votar el primer día de la consulta por problemas informáticos pero simuló que lo había hecho.
La 'opción C' se impuso con casi el 80% de votos, con lo que admitió la derrota y sacrificó a uno de sus colaboradores más cercanos, el ex primer teniente de alcalde y primer secretario de los socialistas barceloneses, Carles Martí.
CASO PALAU Y TRAMA DE LICENCIAS
También se le complicó el mandato con la polémica por la prostitución en el céntrico Mercado de la Boqueria, el caso del hotel del Palau de la Música y la presunta trama de corrupción en la concesión de licencias en Ciutat Vella, que se saldó con la salida del fichaje estrella del alcalde en las municipales, la arquitecta Itziar González.
Durante todo el mandato el liderazgo de Hereu ha sido cuestionado desde dentro, no sólo por la cúpula del PSC sino por sus inmediatos colaboradores ante las aspiraciones de algunos de los tenientes de alcalde para sucederle, y él se ha refugiado exhibiendo el apoyo de la federación de Barcelona.
En los últimos meses el líder del PSC, José Montilla, ha declinado confirmarle explícitamente como candidato a la reelección, lo que para muchos vislumbraba el distanciamiento entre la federación barcelonesa y la cúpula.
Si los cargos orgánicos del Ayuntamiento y la federación arropan mayoritariamente a Hereu, no ocurre lo mismo en la dirección, donde le cuestionan los 'capitanes' y la denominada 'ala catalanista'.
Hereu se forjó en el aparato del partido y, de hecho, en sus inicios le catapultó uno de los hombres fuertes del PSC, su ex secretario de organización Josep Maria Sala, y ambos militaban junto a Carles Martí e Ignasi Cardelús en la agrupación de Sarrià-Sant Gervasi.
