BARCELONA, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 52 por ciento de los tiburones y rayas que llegan a las lonjas catalanas no se etiquetan correctamente, con lo que el consumidor desconoce en muchas ocasiones qué tipo de pescado come y dificulta tener dadas exactas para la gestión pesquera.
Esta es la conclusión principal del estudio 'Tiburones y rayas: contribución a su conservación y ordenación en pescaderías', elaborado por la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (Cram) y la Obra Social de Caja Madrid. La investigación se basa en el análisis de las capturas desembarcadas en las lonjas de Vilanova y L'Atmella de Mar entre julio de 2008 y abril de 2009.
El 40 por ciento de los errores tiene su origen en la no separación de los individuos por especies en las cajas. De no ser posible dicha separación, los expertos apuestan por crear unidades de etiquetados más pequeñas que las cajas para etiquetar correctamente.
Otro error común se da al identificar la especie, ya sea por desconocimiento del encargado, por la similitud entre algunas especies y la gran variabilidad de aspecto en muchos animales. También influyen el gran número de nombres comunes para designarles e incluso que según el puerto,, se les nombre de una determinada forma, por lo que hay que basarse en el nombre científico.
Además, algunas cajas se etiquetan con el término 'varias especies', ya que una norma hace que los beneficios de las etiquetadas así se repartan de forma distinta y supongan mayor beneficios para la tripulación, ya que ésta se ha encargado de todo el proceso de captura, por lo que el estudio incide en dar el mismo trato de repartición de beneficios para las cajas de una especie concreta en que la tripulación haya hecho las mismas labores.
Otra causa podría ser que las especies de tiburones y rayas no tienen un valor comercial elevado, ya que se ha demostrado que cuánto mayor es el valor de la especie más preciso es su etiquetado.
La Fundació Cram y la Obra Social Caja Madrid han creado guías de identificación para facilitar la labor e instaron a las administraciones a ampliar la formación de los trabajadores del sector. Añadieron que éstas deberían exigir más rigurosidad en el proceso y visitar puntualmente las subastas para supervisar que todo funciona correctamente.
Ambas instituciones señalaron la importancia de sensibilizar a la sociedad para conseguir una gestión más sostenible de la explotación pesquera, ya que de las 47 especies de tiburones y 34 de rayas que hay en el Mediterráneo, el 42% están amenazadas de extinción.
